La historia de Chai y Sokheum

'En enero de 1996 Sokheum Man, un niño camboyano de 14 años, se dirigía a la escuela en bicicleta con su amigo Chai Chun. Habían escuchado charlas sobre el peligro de las minas antipersona, pero se encontraron una y decidieron llevarla a un puesto del ejército. En el camino, la bici se metió en un bache y la mina estalló. Chai Chun murió y Sokheum perdió una pierna'.

Con la voz firme y una soltura que para sí quisiera más de un diputado andaluz, Laura Benítez Díaz, una estudiante sevillana del colegio público San José del Sagrado Corazón, contó la trágica historia de estos dos amigos camboyanos a modo de introducción del debate que 120 escolares de toda Andalucía realizaron ayer en el Parlamento con el fin de lograr la paz y el desarrollo en el mundo.

Organizado por Amnistía Internacional, Intermón Oxfam, Greenpeace y Médicos sin fronteras, este encuentro persigue concienciar a los escolares andaluces de lo afortunados que son respecto a niños que crecen en países donde la miseria es la única herencia que han dejado sus dirigentes tras años o décadas de guerra.

Para ello, los participantes en esta iniciativa desarrollan todo tipo de actividades antes de comparecer en el Parlamento, día en el que cada colegio expone el trabajo realizado mediante la lectura de un texto que recoge sus reflexiones sobre temas como la guerra, la pobreza, la violencia o la educación y la presentación de varias propuestas para que los verdaderos parlamentarios tomen 'medidas eficaces para prevenir los conflictos y fomentar la cultura de la Paz tanto en nuestro país como en los países del sur', concluye Laura en su intervención.

Ayer, los distintos grupos parlamentarios, a excepción del mixto, estaban representados por Bernardo Bueno Beltrán (PSOE); Concha Caballero (IU); Esperanza Oña (PP) e Ildefonso dell'Olmo (PA). Fue a Bueno Beltrán al que le tocó primero enfrentarse a la lógica aplastante con la que Melody Piedra, estudiante del colegio Virgen de la Paz de Almería, le preguntaba: 'Por qué los gobiernos no incrementan las ayudas al desarrollo y sobre todo a los proyectos educativos en las zonas en conflicto'.

Pero no sólo el representante socialista tuvo que emplearse a fondo para satisfacer la demanda de explicaciones convincentes que reclamaban los estudiantes. Esperanza Oña optó por la retórica y requerida para que explicase si se resulven los conflictos con la guerra dijo: 'Esa misma pregunta me la hago yo desde siempre', antes de ahondar en que guerras ha habido siempre 'porque este problema es inherente a nosotros, como ha demostrado la historia'.

Después de la intervención de los representantes de los ocho centros educativos, la sesión del Pleno infantil concluyó con la lectura de una declaración en la que los escolares recordaron a sus representantes legítimos que aún queda mucho por hacer 'en un mundo donde 1.300 millones de personas viven en la pobreza mientras el bienestar y la riqueza de una minoría continúa acrecentándose'.