Al consejero de Salud

Soy un enfermero andaluz que hace unos años tomé la decisión de abandonar mi tierra debido a la precariedad laboral que existía entonces y que aún hoy es una realidad, lo que conlleva por desgracia que, en situación similar a la mía, se encuentre un gran número de profesionales sanitarios por toda España.

Tengo la esperanza de volver en un futuro no muy lejano, pero la verdad es que hasta ahora el SAS no me ha permitido hacer realidad mi sueño, con una política pobre en materia de recursos humanos, que indigna actualmente incluso a sus propios trabajadores.

Mi ilusión renació el pasado otoño con la adhesión de Andalucía a la ley 16/2001 de Proceso Extraordinario de Consolidación y Provisión de Plazas de Personal Estatutario en las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social, lo cual permitiría que muchos profesionales sanitarios andaluces pudiesen volver a sus lugares de origen. Pero mi gozo en un pozo, cuando compruebo con estupor cómo en el baremo de méritos se valora increíblemente con un tercio de puntuación menos mis servicios prestados en otro servicio de salud distinto al SAS, por tratarse de otra comunidad autónoma.

Me consta que se comete así una injusta y vergonzosa discriminación que atenta contra principios básicos de nuestra Constitución, como son los de igualdad, mérito y capacidad, que deben regir cualquier prueba de acceso a la función pública y que, en este caso, se obvia a conciencia basándose simplemente en el hecho de que estamos ante un 'proceso único y extraordinario', pero que va a perjudicar a muchos sanitarios andaluces que tuvieron que emigrar, y que volverán a ser marginados por Andalucía si usted, señor consejero, no lo impide.-