'No nos echarán dándonos calderilla'
Rosa Palau, de 40 años, es la presidenta del comité de empresa de Lear en Cervera. Lleva 14 años en la empresa y desde el pasado viernes, cuando la multinacional anunció el cierre de la planta, se ha convertido en portavoz de los trabajadores.
Pregunta. ¿Cómo está el ánimo de la plantilla tres días después de recibir la noticia del cierre de la factoría?
Respuesta. El ánimo está por los suelos porque nadie se esperaba una medida tan drástica. Nos sentimos engañados y traicionados por la dirección de la empresa, puesto que nos hemos enterado de sus intenciones por los medios de comunicación. Nos ha dolido mucho la falta de sensibilidad de la empresa, que se ha mostrado más preocupada por quedar bien con los clientes que por el futuro de las 1.200 personas de la fábrica que se quedarán sin empleo.
'Esta planta ha sido siempre rentable porque los salarios son muy bajos'
'Pujol dio a entender que sabía que la planta se cerraba y no hizo nada para evitarlo'
P. La empresa ha alegado motivos económicos para justificar el cierre de la planta de Cervera, pero ustedes siempre han defendido su viabilidad.
R. La empresa está diciendo muchas mentiras para explicar una medida que no tiene justificación. Nosotros decimos que esta fábrica ha sido siempre rentable, sobre todo porque los salarios son muy bajos. Lo que ocurre es que quieren ganar más dinero y la forma de conseguirlo es instalarse en un país del este europeo donde haya mano de obra más barata. No es cierto que la planta de Cervera no fuera competitiva, puesto que tiene muchos títulos de calidad y sus responsables siempre la ponían como modelo de buen funcionamiento. Si los trabajadores somos los mismos, no se entiende que antes fuera tan buena y ahora tan mala. Lo que ocurre es que les interesa cerrarla por motivos políticos.
P. ¿A qué se refiere?
R. Pensamos que la Generalitat tiene algo que ver en esta decisión de la empresa. El presidente Jordi Pujol dio a entender el pasado sábado en Ponts que sabía que Lear pensaba cerrar la planta de Cervera y en cambio no hizo nada para evitarlo. Si él no vela por sus ciudadanos en situaciones como ésta, ¿en quién vamos a confiar? Nos sentimos traicionados por quienes nos dan el trabajo y por quienes tienen que protegernos de la especulación de las multinacionales.
P. ¿Qué estrategia seguirá a partir de ahora el comité de empresa?
R. Lo primero que vamos a hacer es luchar por conservar los puestos de trabajo, pero si eso no es posible porque la empresa se mantiene firme en su postura, lo que haremos será presionar con todas nuestras armas para negociar las máximas indemnizaciones. Si piensan que nos echarán a la calle llenándose los bolsillos de calderilla, se equivocan. Pujol y Lear no saben cómo las gastamos los trabajadores de Lleida.
P. ¿El comité ha pensado en organizar movilizaciones para conseguir esos objetivos?
R. No descartamos esa posibilidad. Hasta ahora nos hemos limitado a instalar piquetes en las puertas de la fábrica para impedir su desmantelamiento. Cuando conozcamos el calendario de negociaciones, intentaremos negociar con la empresa, y si ésta nos dice que la decisión de cerrar la planta es irreversible, iremos a por todas para conseguir unas indemnizaciones justas. La situación es dramática porque hay familias enteras que si pierden el trabajo se quedarán en condiciones muy precarias. Además, por mucho que diga la Generalitat, no será fácil colocar de golpe a más de un millar de personas.
