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Entrevista:ANTHONY HOPKINS | Actor

'Disfruto de las cosas que he conseguido'

Caballero, ganador de un Oscar, una leyenda... Sir Anthony Hopkins habla de su última película, Corazones en Atlántida, basada en dos relatos de Stephen King, de poderes psíquicos y coincidencias, de su método de interpretación y de los viajes por carretera en Estados Unidos.

Pregunta. ¿Sería una idea terrible tener dones psíquicos?

Respuesta. Supongo que todos tenemos dones psíquicos, algunos están ocultos y latentes. He tenido experiencias con la sincronía, que no es del todo psíquica, pero las coincidencias son tan sorprendentes y dramáticas que constituyen fenómenos extraños. Siempre experimento una sensación de leve euforia cuando me suceden, y me han sucedido unas cuantas veces en mi vida. Soy una persona normal. Pero es interesante que siempre que piensas en la sincronía, las cosas por lo general acaban pasando. Es una palabra muy rebuscada para coincidencia, pero esas coincidencias nos suceden a todos en la vida. Creo que cualquier cosa es posible. Siempre digo que no hay nada que sea demasiado bueno para ser verdad, nada que sea demasiado fantástico para que pueda suceder, nada demasiado maravilloso para durar, y bastar para toda la vida.

'No hay nada demasiado maravilloso que pueda suceder y durar'
'He tenido suerte de que me diesen la oportunidad de hacer lo que he querido'
'En la profesión de actor he intentado no entusiasmarme nunca conmigo mismo'
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P. ¿Qué es lo que tanto le gusta de Stephen King?

R. Es un escritor realmente bueno. Hay que leerle. A mí me gusta. No he leído muchas cosas suyas, pero me ha impresionado mucho.

P. ¿Qué importancia tuvo para usted leer el libro después de haber leído el guión?

R. ¿Por qué? Nada tiene importancia ya. Lo leí porque quería leerlo. Es un gran libro, una novela de 700 páginas, y este guión, este trozo, esta historia, no es más que un pequeño segmento que Bill Goldman inventó y condensó, y creo que ha hecho una película muy buena.

P. ¿Cumple el ocio la función de reafirmar la vida?

R. Sí, creo que cumple una función y que hay margen para ello. Es difícil decirlo en estos momentos, pero de hecho creo que sí.

P. ¿Piensa que Hollywood se está alejando de la producción de películas violentas?

R. Sí, creo que sí. ¿Qué puedo decir? ¿Qué puedo..., con mi insignificante opinión sobre lo que sea...? Pero creo que habrá un movimiento, ya hay un movimiento en marcha.

P. Ha dicho usted que actuar es un trabajo. ¿Ha cambiado su idea al respecto?

R. No, no ha cambiado. Se ha modificado o atenuado, ahora para mí es más un trabajo de lo que era antes. Recuerdo que mi padre... Yo tocaba mucho el piano. Era hijo único y mi padre era un hombre muy básico, era panadero. Trabajó muy duro toda su vida. Yo aporreaba el piano tocando a Beethoven y a Chopin, y todo eso, y recuerdo que un día dijo: '¿Qué tocas?'. Yo dije: 'Beethoven'. Y él contestó: 'No me extraña que se volviese sordo. Por el amor de Dios, sal de casa y haz algo'. Eso lo llevo como un principio básico de su filosofía vital: no te entusiasmes contigo mismo. En la profesión de actor, he intentado no entusiasmarme nunca conmigo mismo. Cuando uno es más joven, quiere hacer grandes cosas, pero ahora que he hecho un montón de las cosas que he soñado hacer, lo disfruto. Es un trabajo muy bueno, pero es un trabajo. Es una habilidad que tengo, como el chico que ilumina el escenario, el director de fotografía también es hábil, y el director, y el ingeniero de sonido, y usted es hábil en su profesión. Es un trabajo, no es nada fuera de lo común. Me ha conservado la ecuanimidad, supongo. Me imagino que me ha ayudado a mantener el equilibrio.

P. ¿Cómo usa su influencia en el rodaje? ¿Propone cambios?

R. Si el guión está bien escrito, no. Yo estaba una vez en una película de David Mamet titulada The edge, y aparentemente en el estudio se hablaba de cambiar y reescribir, y David Mamet se negaba. Yo me estaba impacientando un poco, porque quería saber si la película se iba a hacer o no, por los rodajes y todo eso. Así que llamé por teléfono a mi agente y le pregunté, '¿Qué pasa, la vamos a hacer o no?'. Y él contestó: 'No lo sé'. Yo le pregunté de qué iban todos esos cambios. Y él dijo: 'No lo sé. Estamos todos demasiado bien pagados, tenemos demasiado poco trabajo, somos demasiado ricos y perdemos demasiado tiempo'. Yo le dije: 'Diles que si no se deciden, yo me voy'. Esa tarde me mandaron la oferta e hicimos la película.

P. ¿Qué tal fue su relación con su joven compañero de reparto Anton Yelchik?

R. Él siempre me llamaba Sir Anthony. Yo le dije que no me llamase así, pero no conseguí que me llamase Tony. Le pregunté a su madre que por qué no me llamaba Tony y ella me contestó: 'Porque le tiene miedo'. Pero nos divertimos mucho. Es un buen chico. Un actor maravilloso.

P. ¿Le preocupa a usted el aumento de la seguridad y la vigilancia a lo Gran Hermano?

R. Creo que, en cualquier caso, la película da algo de emoción a la vida, aunque uno sea demasiado joven para recordar los sesenta. Yo no lo soy, recuerdo perfectamente los sesenta, pero algunos serán demasiado jóvenes para recordar ese periodo. Ningún lugar era perfecto, ni siquiera en aquella época, porque había montones de problemas enormes en Estados Unidos y en todo el mundo, pero se produjeron grandes cambios sociales. En cuanto a la pérdida de intimidad, creo que todo el mundo tendrá que sacrificar mucho en todos los aspectos. Sacrificio es una palabra muy fuerte, pero creo que tendremos que estar preparados para los grandes cambios que podemos experimentar.

P. ¿Ha interpretado a lo largo de su carrera algún personaje que sea una personificación de su trabajo? ¿Quién es Anthony Hopkins?

R. Es el hombre que está aquí, que trabaja como actor, eso es todo. He tenido suerte de que me diesen la oportunidad de hacer lo que he hecho en la vida. No es gran cosa, no sudo, me tomo mi trabajo muy tranquilamente. Uno interpreta diferentes personajes, eso no significa nada. Buscas una parte de ti mismo que puedas interpretar, ya sea Hannibal Lecter o este tipo, Ted Brodigan, o quien sea, Richard Nixon, o Lo que queda del día. No te afecta.

P. ¿Hay algún personaje al que le haya costado más dejar en el plató?

R. No, ninguno; es un trabajo. Me meto en el coche por la noche, me voy a casa, me aprendo los diálogos que se van a rodar al día siguiente y espero que me llamen a escena. La mayor parte de lo que he hecho en los últimos años ha sido agradable. Cuando se termina una película, se dice: 'Bueno, muchas gracias, adiós a todos, lo he pasado bien'. Todos decimos que trabajaremos juntos algún día y, por supuesto, eso nunca pasa. A veces, quizá. Pero no te ligas sentimentalmente a nada de eso. Es un trabajo. Después se estrena la película, pero tú has envejecido seis o nueve meses desde que se hizo. Así que cuando la ves, no eres tú el que está ahí, es sólo una copia de una serie de fotografías que se mueven por una cámara a una velocidad de 24 fotogramas por segundo. Te sientas comiendo palomitas y piensas: 'Bueno, me sobra un poco de peso ahí', o, '¿qué pasó ese día?'. Los recuerdos vuelven, pero todo se ha acabado, todo es un sueño.

P. ¿Qué le hace feliz estos días?

R. Simplemente, levantarme por la mañana, mirar el jardín, pensar en los colibríes, ir a desayunar. No soy muy doméstico; no sé preparar el desayuno. Así que normalmente voy a una cafetería, hablo con un par de amigos, paso un poco de tiempo hablando, y después me voy a casa, o me meto en el coche, bajo a la ciudad, o subo por la costa hasta Santa Barbara. Simplemente, salgo. Eso es todo. Por la noche me voy a casa, a dormir.

P. ¿Sigue haciendo viajes por carretera?

R. Recientemente hice uno. Fui a Santa Fe, Colorado, lugares de ese tipo.

P. ¿Le fastidian los admiradores?

R. A veces. Una vez entré en un hotel, un hotel oscuro, y una mujer me reconoció como Hannibal Lecter y gritó. Pero la gente es maja. Es un tanto conmovedor ir a los sitios y que la gente que está trabajando quiera hacerse fotografías conmigo delante de la recepción del hotel. Lo he hecho unas cuantas veces. Es gente muy conmovedora, muy agradable.

P. ¿Utiliza usted seudónimo?

R. No. Viajo solo, vivo solo, me registro solo en los hoteles. Veo el paisaje y me resulta maravilloso.

P. ¿Cuál es su parte preferida de Estados Unidos?

R. Me encanta Santa Fe, y Colorado, el norte y el centro de California; me encanta toda California. Todavía no he ido a sitios como Yosemite y Joshua Tree, y me gustaría ir. Me encuentro muy bien aquí en California.

P. ¿Qué nos puede decir de la próxima película de Hannibal?

R. Están trabajando en ella, supongo. No sé qué va a pasar. Me tomo las cosas según van viniendo. Me han dicho que Edward Norton va a interpretar el otro papel, y pienso que es maravilloso. La va a dirigir Brett Ratner. Está prevista para enero, creo. Hoy estoy aquí para hacer esto, no estiro demasiado la imaginación.

P. ¿Alguna vez ha dudado al escoger un papel?

R. No sé, siempre ha sido lo mismo, si me ofrecen un buen guión. Recuerdo que mi agente me telefoneó una vez y me dijo: 'Oliver Stone te va a llamar'. Así que decidí aprovechar la oportunidad. Le dije que sí a Oliver, que lo haría. Así que siempre es una sorpresa.

©Planet Syndication.

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