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Los teatros de Barcelona pierden 90.000 espectadores en la última mitad de 2001

El descenso de público y la caída de la ocupación coinciden con la apertura de nuevas salas

En 2001, los empresarios teatrales de Barcelona se prometían una buena temporada dados los satisfactorios resultados de público y taquilla con que arrancó el año. Pero el pasado mes de julio la tendencia se torció. En el último semestre de 2001 se perdieron 90.000 espectadores respecto al mismo periodo de 2000. La ocupación media de las salas cayó, además, tres puntos coincidiendo con el aumento de espacios escénicos -el nuevo Teatre Lliure y los reconvertidos Palacio de los Deportes y plaza de toros Monumental-. Los empresarios se muestran preocupados por la situación.

El descenso de 90.000 espectadores en los últimos seis meses es la clara evidencia de que la recesión económica ha llegado también al mundo del teatro. La tendencia negativa, sin embargo, no ha impedido que la cifra global de público de todo el año 2001 haya experimentado un ligero aumento, con un total de 2.152.885 espectadores, el 2% más que el año anterior.

'Hasta el mes de julio de 2001 la temporada parecía muy buena porque se habían ganado 130.000 espectadores. Pero desde el verano el teatro va peor de lo que iba, ha habido una inflexión y nos empieza a afectar la crisis'. Así exponía la situación José Luis Martín, vicepresidente de la Asociación de Empresas de Teatro de Cataluña (Adetca), que ayer hizo públicos los datos de asistencia al teatro en Barcelona durante 2001.

En opinión del presidente de la entidad, Daniel Martínez, se impone una reacción empresarial e institucional para atajar esta situación: 'Tenemos que ponernos en marcha y pedir a las instituciones que también lo hagan para hallar el modo de reanimar la asistencia al teatro'. Y manifestó el desencanto ante un fracaso, el de la imposibilidad de hacer cuadrar un notable aumento del aforo (el pasado año se abrieron dos nuevos teatros estables, que suman 3.500 butacas, y se recuperó la sala Ovidi Montllor del Mercat de les Flors) con la demanda del público. 'No sabemos si esto se debe a la crisis o a que hemos tocado techo. Estamos seriamente preocupados por si estamos excediendo la oferta'.

Martínez agregó que para poder decir que el teatro goza de buena salud se precisa un indice de ocupación media de las salas del 60%. En 2001, la ocupación descendió por primera vez en mucho tiempo hasta situarse en el 50,11% -en 2000 fue del 53,38%-. No cayó, en cambio, la recaudación, que aumentó el 12% y rebasó los 38 millones de euros (cerca de 6.500 millones de pesetas). También ha aumentado el 24% el número de personas que acceden a los espectáculos mediante invitación, hasta situarse en 254.314. Y ahí radica la primera medida que se piensa adoptar desde Adetca para atajar la crisis: se tiene previsto eliminar por completo las entradas gratuitas porque, según la asociación, desprestigian el oficio. Además, se pondrán en marcha campañas promocionales directas, especialmente en torno a la celebración del Día Mundial del Teatro.

Desde Adetca se muestra preocupación por el hecho de que la peor parte en la crisis del sector se la ha llevado, por el momento, 'el teatro culto', según lo cataloga Martínez, mientras que los montajes más lúdicos se han visto menos afectados. Así, los espectáculos más vistos fueron Una nit d'òpera, de La Cubana (146.587 espectadores), La jaula de las locas (112.315), Cinco hombres.com (110.274), Excuses! (80.863) y Rubianes, solamente (56.370).

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Si se atiende a las cifras absolutas por sala se aprecia que la pérdida de público es un hecho generalizado, pero ha sido especialmente grave para algunas salas. Por ejemplo, el Teatre Nacional de Catalunya, que entre sus tres salas perdió 48.912 espectadores; es decir, el 18%. Mucho peor fueron las cosas para la vieja sede del Lliure en Gràcia, que pasó de 44.094 espectadores en 2000 a 27.710 en 2001, lo que supone un descenso del 32,7%. La sala Fabià Puigserver, en la sede de Montjuïc, consiguió una ocupación media del 50,9% con los tres espectáculos inaugurales, aunque uno de ellos, Suzuki I i II, sólo obtuvo una media del 27,22% de ocupación. El Barcelona Teatre Musical, resultado de la transformación del Palacio de los Deportes en teatro para musicales, se estrenó con el 35,67% de ocupación media en el espectáculo Notre Dame de París.

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