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Reportaje:

Las huellas de la historia

Los trabajos de varios centros de empleo permiten descubrir ocho arcos medievales en Alcalá la Real

La antigua ciudad fortificada de La Mota, asentada sobre un escarpado cerro de algo más de 1.000 metros de altitud que emerge sobre el municipio de Alcalá la Real (Jaén), está sacando a flote sus señas de identidad. Los últimos hallazgos de ocho arcos medievales de herradura en la fachada suroeste de la fortaleza no han hecho más que avalar la excepcionalidad de un conjunto arqueológico que conserva vestigios de diferentes épocas, desde la prehistórica hasta el final del Renacimiento sin olvidar la influencia que ejerció la cultura musulmana.

'De alguna manera, queremos reescribir nuestra historia'. El alcalde de Alcalá la Real, Juan Canovaca, tiene claro que el conjunto monumental de La Mota, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía, es la joya de la corona del municipio y, como tal, parece justificado que desde principios de la anterior década, se hayan invertido cerca de 12 millones de euros (casi 2.000 millones de pesetas) en la rehabilitación de esta fortaleza, que recibió más de 30.000 visitas el último año, el 20% de ellas de turistas extranjeros que sucumbieron al embrujo y la majestuosidad de un recinto testigo de leyendas de pasión, batallas y célebres conquistas.

La Escuela Taller de Recuperación del Patrimonio, que cumple su quinta edición y que dirige José Rosales, ha abanderado la mayor parte de los trabajos de consolidación de las murallas, excavaciones arqueológicas y, en definitiva, puesta en valor de un entorno de cerca de 70.000 metros cuadrados. Posteriormente se incorporaron a esta tarea la casa de oficios y el taller de empleo que dirige Manuel García, desde donde se gestiona incluso una cantera propia que ha servido para aportar la piedra que ahora sirve de sustento para la rehabilitación de la antigua puerta del Cabildo y la capilla del Deán, a espaldas de la iglesia Abacial un templo renacentista que atesora el mayor patrimonio arqueológico.

Carlos Borrás, jefe de la Unidad de Promoción y Empleo del Ayuntamiento alcalaíno, recuerda que los hallazgos casi fueron casuales. 'Se quería construir un espacio escénico en el interior del templo y salieron a relucir varias estructuras funerarias de época romana y visigótica'. Desde entonces, los trabajos no han cesado y han permitido poner de relieve la doble funcionalidad que tuvo este enclave: su función estratégica-militar, a través de dos aljibes y restos de una muralla romana; y su función religiosa funeraria, patente en los diferentes enterramientos de las civilizaciones que habitaron este lugar, desde los enclavados en roca, probablemente visigodos, hasta los últimos de época cristiana que se realizan ya en criptas.

Cuando todos creían que la capacidad de sorpresa se había agotado en la iglesia Abacial, las últimas excavaciones llevadas a cabo en la fachada suroeste de la fortaleza han sacado a relucir ocho arcos de herradura, de traza musulmana, que, a juicio del arqueólogo municipal, Carlos Calvo, 'aportan una valiosa información de la antigua ciudad medieval'. Alrededor de una fuente que languideció con el paso del tiempo, las excavaciones han sacado a flote las señas de identidad de la antigua ciudad amurallada, con edificios religiosos, administrativos y de gobierno, además de lugar de residencia de las autoridades civiles y eclesiásticas.

La política de rehabilitación y conservación del patrimonio artístico local -las actuaciones se han extendido a otros focos de atracción como el Convento Capuchinos y el Palacio Abacial, hoy recuperados para usos culturales y sociales- contará en los próximos años con un plan director del conjunto de La Mota, con el que se prevé invertir en la próxima década casi tanto como se ha gastado hasta ahora.

La recuperación de la muralla suroeste, por parte de la Consejería de Cultura, y de la muralla norte, para la que se ha pedido la colaboración al Ministerio de Fomento con cargo al programa del 1% cultural, son algunos de los proyectos inmediatos. Sin embargo, el reto más ambicioso pasa por convertir el recinto de La Mota en un centro de divulgación e interpretación del territorio. El proyecto ya está en marcha y lo promueve el catalán Jordi Pardo, responsable de la empresa Ikono, la misma que instaló el pabellón de la Navegación en la Expo 92 de Sevilla. 'Será una proyección virtual sobre las paredes del templo renacentista que nos trasladará a los orígenes de la humanidad y a la fundación de Alcalá la Real', explica entusiasmado Carlos Borrás, jefe del área de Promoción.

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