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La creación de un espacio cultural metropolitano exigirá que Barcelona acepte 'ceder capitalidad'

Barcelona y las 38 ciudades que la envuelven abrieron ayer un debate para propiciar la creación de un 'mercado común metropolitano de la cultura'. Se busca una fórmula de 'encuentro y concertación' que satisfaga una doble necesidad: la que tiene Barcelona de 'comparecer en el escaparate internacional referida a la ciudad real, a la conurbación de cuatro millones de habitantes', con toda la potencia 'cultural y simbólica' que ello comporta, y la que tienen los demás municipios de 'lograr un entendimiento regulador' que los ponga a salvo de la fuerza succionadora de Barcelona y les permita, en cambio, aprovechar las posibilidades derivadas de su vecindad, según uno de los documentos preparatorios de la iniciativa.

Convocados por el presidente de la Diputación y el alcalde de Barcelona, Manuel Royes y Joan Clos, respectivamente, los concejales de cultura de los 39 municipios, reunidos en el centro cultural Tecla Sala de L'Hospitalet de Llobregat, abrieron ayer un foro de debate preliminar que, en ocho sesiones, se prolongará hasta el próximo 9 de abril, fecha en la que se darán a conocer unas primeras conclusiones. Este documento dará paso, en otoño, a una segunda edición del foro, de un carácter más programático, que deberá desembocar, tras las elecciones municipales de 2003, en la constitución del Consejo Metropolitano de la Cultura. Los municipios comprometidos en la iniciativa son los que integran el continuo urbano al norte y al sur de Barcelona, y los que se extienden, más allá de Collserola, hasta Sabadell y Terrassa.

La construcción de un espacio cultural metropolitano exige, en primer lugar, la concertación de la política cultural de los distintos órganos de la Administración local -ayuntamientos y Diputación-, la 'concertación indispensable' de éstos con el Gobierno de la Generalitat y hasta la concertación entre todas las instituciones públicas y la iniciativa privada (creadores, empresas, etcétera).

'Sólo de esta forma podrá garantizarse una dinámica común, ordenadora y reequilibradora, capaz de desarrollar al máximo las capacidades de cada municipio, así como las inmensas potencialidades culturales de conjunto que comporta la realidad metropolitana', según puede leerse en una carta enviada por Royes y Clos a los alcaldes de los municipios implicados.

El proyectado espacio cultural metropolitano ha de asentarse, según se dice en uno de los documentos preparatorios, 'en una red extendida en todo el territorio que iguale, en servicios culturales básicos, a todos los ciudadanos: biblioteca, teatro-auditorio, centro de las artes con docencia y sala de exposiciones, museo-centro de interpretación del patrimonio, etcétera'. La construcción de esa red deberá ser, pues, uno de los objetivos básicos, ya que, hoy por hoy, 'los equipamientos culturales son una realitat discontinua, hecha sobre todo a partir de recursos locales'.

La iniciativa debe contar también con un mecanismo destinado a potenciar 'la capacidad de cada municipio para adquirir personalidad propia en el conjunto, para ejercer de capital y de meca en un ramo o sector de actividad'. 'Que eso pueda desarrollarse', señala el documento, 'depende de la capacidad imaginativa y emprendedora de cada municipio, pero especialmente de la disposición de Barcelona a ceder capitalidad'. Sería deseable, en este sentido, una 'agenda cultural concertada' que facilitara y potenciara 'la complementariedad de la oferta de los diversos municipios y propiciara la percepción del conjunto de la oferta metropolitana como un todo de igual calidad'. Resultaría también 'necesaria' una 'logística metropolitana referida a la restauración y conservación' del patrimonio histórico que 'rentabilice los servicios existentes' que ahora están en manos del Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación y la Generalitat. Se menciona también entre las propuestas, en una lista que no pretende agotar las posibilildades de actuación conjunta, la eventual creación de un observatorio metropolitano de la cultura.

Pero ninguna de ellas va a tomar cuerpo antes de las próximas elecciones municipales, previstas para la primavera de 2003 -en los meses de mayo o junio-. La voluntad de sumar a la iniciativa a todas las fuerzas políticas y, en consecuencia, a todas las instituciones con competencias en la materia, y eso incluye a Convergència i Unió y al Gobierno de la Generalitat -poco amantes del término metropolitano y de lo que representa-, aconseja un debate pausado. O al menos con esa premisa trabaja el núcleo promotor del proyecto, en el que junto a la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona figuran los municipios de L'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Sabadell, Badalona, El Prat, Cornellà y Terrassa.

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