Miedo al contagio
La enronitis, o lo que es lo mismo, el miedo a que lo sucedido en el grupo energético Enron contagiara a otras empresas cotizadas hizo tambalearse la semana pasada Wall Street.
El martes, el índice Dow Jones perdió 247,51 puntos en una sesión dominada por el espectro del caso Enron. El anuncio de que PNC Financial, el principal banco de Pensilvania, había sido obligado a retocar sus balances o de que Williams, un empresa de energía, tenía que hacer frente a 2.400 millones de dólares (2.760 millones de euros) en inesperados costes provocó un estremecimiento que liquidó el 2,5% de la capitalización bursátil. La Bolsa se recuperó a mediados de semana, pero los temores volvieron el viernes y con la misma incertidumbre abrirá hoy.
Si ha ocurrido con Enron, que pasaba por ser la séptima compañía del país, con el aval de las auditorías de Andersen, puede volver a ocurrir, temen los mercados. Analistas y comentaristas aventuran que puede haber más casos a la espera.
Las perspectivas de recuperación económica son más prometedoras, según la Reserva Federal (banco central estadounidense), pero Enron arroja todavía una sombra muy larga sobre Wall Street, donde inversores que aceptaron a la fuerza el fracaso de las empresas puntocom no pasan por el engaño de Enron y asimilables.
Enron estuvo magistral en el sistemático enmascaramiento durante años de todas sus cuentas. Para los primeros nueve meses de 2001, los que precedieron a la crisis, Enron Online, la bolsa de energía y joya de la corona de la compañía, anunció en informaciones de prensa facturación por valor de 544.000 millones de dólares (625.600 millones de euros), que incluía todo el gas y electricidad negociados.
En los informes elevados a la Comisión Federal Reguladora de la Energía, organismo que tutela el sector, la compras y ventas de Enron eran sólo de 693 millones de dólares (797 millones de euros). En el conjunto de los ejercicios 1998-2000, la firma de Houston dijo públicamente haber tenido 2.575 millones de dólares de ganancias (2.961 millones de euros). Deducidos gastos y otras contingencias se quedaron en 474 millones de dólares (545 millones de euros).
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