Escudriñar en el ADN

El pasado 10 de enero, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, entregó a Genetaq, centro de referencia de biología genética y molecular, el premio Joven Empresario de Málaga. En esta ocasión no se ha distinguido una gestión o unas técnicas meramente mercantiles, sino que se trata de un reconocimiento a una atrevida iniciativa: el primer laboratorio de análisis genéticos que se abrió en Andalucía.

Mercedes Fernández Sánchez y Juan López Sales pueden ser dos buenos ejemplos para los manuales de la segunda modernización de Andalucía que preconiza el presidente Chaves, y responden, sin ninguna duda, al perfil emprendedor que ésta persigue. Y además, se dedican a una actividad innovadora que requiere el uso de tecnología punta.

'Algunas de las pruebas genéticas serán rutina dentro de 10 años en cualquier laboratorio de análisis'

Biólogos de profesión, se enfrentaron a la escasez de salidas profesionales propia de su titulación con un órdago a la grande: un laboratorio pionero en una actividad tan puntera como la biología molecular. A Juan López Sales no le parece que sea para tanto: 'Hasta los 30 años estuvimos dedicados a una sola cosa, la formación, que sólo nos permitía una alternativa como esta', cuenta. 'No podíamos pasar toda la vida con becas, teníamos que buscar una solución profesional', apostilla Mercedes Fernández.

Tras terminar sus estudios, disfrutaron de becas de investigación en la facultad de Biología de Málaga y en el Hospital Regional Carlos Haya. La aproximación a este centro les permitió conocer ciertas carencias como la falta de un centro de análisis de ADN -las pruebas se realizaban en laboratorios de Barcelona- y entendieron que ahí tenían su oportunidad.

El problema entonces era muy común, cómo convertir en iniciativa empresarial sus conocimientos, su experiencia en la investigación y sus intuiciones. Pidieron asesoramiento a la asociación Jóvenes Emprendedores, vinculada al Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), que les hizo un plan de viabilidad.

En 1998 montaron el laboratorio en la incubadora de empresa del PTA con créditos subvencionados por el Instituto de Fomento de Andalucía (IFA). Los dos propietarios eluden hablar de dinero, pero aseguran que la primera inversión no fue muy fuerte, aunque admiten que quizá ahora no podrían empezar con el mismo dinero pues la tecnología es muy cambiante y constantemente se hacen necesarios nuevos aparatos. Comenzaron con un termociclador y ahora tienen tres, acaban de adquirir un secuenciador valorado en 11 millones, y una casa de tres plantas en el centro de Málaga donde ahora tienen su sede.

Lo más caro son los reactivos, asegura Mercedes Fernández, por lo que tratan de rentabilizar su uso aprovechando la técnica que deben montar para más de una prueba.

Ofrecieron sus servicios a hospitales y médicos. Empezaron con una nómina de 10 pruebas, las que comprobaron que más se derivaban desde los hospitales y ahora reciben encargos de clínicas de distintas ciudades de España, porque aseguran que hacen pruebas novedosas que otros laboratorios no practican. Pero siempre como centro de referencia, nunca trabajan directamente para los pacientes. También hacen análisis de ADN para peritaciones judiciales, como pruebas de paternidad o identificaciones.

Mercedes Fernández se ha hecho cargo de la gestión, tras hacer un curso en el Instituto San Telmo, y López Sales lleva el peso de la investigación. 'No se puede parar, cada prueba requiere investigar para montar las técnicas, e Internet nos ayuda mucho porque nos permite más agilidad', dice. Saben además que 'ciertas pruebas que ahora sólo se hacen en Genotaq, dentro de 10 años serán rutina en cualquier laboratorio de análisis'

Han abierto una línea de investigación sobre el síndrome de Alport, una microcardiopatía hipertrófica que se transmite genéticamente.

Pero Genotaq ya tiene también sus ramificaciones empresariales. La primera es el Instituto de genética Tumoral Avanzada, Genops, un ambicioso proyecto en el que tratarán de averiguar la predisposición genética a padecer cáncer de colon y de mama en familiares de quienes lo sufren. 'Se trata de dar un paso más, no queremos sólo interpretar los genes, sino ver que tipo de predisposición existe, que medidas preventivas pueden aplicarse, y establecer un tratamiento personalizado', explica el responsable del nuevo proyecto, Emilio Alba