Las antigüedades se modernizan

Los integrantes del nuevo comité organizador del Salón de Anticuarios y Arte Moderno, que hoy sábado abre sus puertas en el palacio número 8 del recinto ferial Montjuïc 1, tienen entre 30 y 40 años. Algunos son hijos de anticuarios, como es el caso de su presidente, Artur Ramon Navarro, pero otros acceden al mundo de las antigüedades desde el ámbito universitario. Son la nueva hornada de anticuarios que pretenden dar un necesario giro generacional al salón y al propio mundo del comercio de antigüedades. La vigésimosexta edición del salón se inaugura hoy con una variada oferta de pinturas, esculturas, muebles, joyas, armas y curiosidades de muy variadas épocas.

Nada más entrar al salón, el visitante podrá ver un pequeño indicio de lo que puede ser una de las nuevas tendencias del coleccionismo de antigüedades en los próximos años. En la caseta de Miguel E. Young pueden encontrarse elementos de arqueología industrial, como los viejos expendedores de gasolina y aceite, así como muebles funcionales, placas metálicas publicitarias, muebles diseñados por el grupo Memphis y una barra de bar de la década de 1950. Es un síntoma de la ampliación de perspectivas que ofrece este tipo de coleccionismo. Artur Ramon Navarro y su equipo, formado por Rosalia Guiral, Marc Calzada, Pere Camprubí, Narcís Clavell, Horacio Pérez Hita y Armand Torra, se han marcado un plazo de cinco años para dar un nuevo y renovado impulso al salón.

'Queremos convertirlo en una manifestación de referencia en todo el ámbito mediterráneo. Para ello hemos de llamar la atención de los expositores del resto de España e internacionales', explica el joven anticuario, que insiste en que para conseguir este objetivo hay que potenciar 'el contenido de la feria'. En esta edición ya se han dejado notar pequeños cambios, uno de ellos es la mejora significativa en la edición del catálogo. También puede constatarse una digna continuidad de las exposiciones que el salón venía presentando en los últimos años. Desde hoy, en el mismo recinto ferial, se exhibe una selección de piezas de la Colección Folch de arte de Papúa Nueva Guinea. El empresario Alberto Folch, en compañía del escultor y coleccionista Eudald Serra, viajó por todo el mundo atesorando una gran colección de arte tribal, ahora gestionada por la Fundación Folch. 'Hay que destacar que Folch y Serra consiguieron sus piezas de manera lícita. No siempre se puede decir lo mismo, porque en este tipo de coleccionismo ha habido mucho expolio', explica Artur Ramon Navarro. La exposición, de la que es comisaria Agustina Valls, está formada por 27 obras, entre las que se encuentran máscaras, escudos, figuras, proas de canoa y flautas.

Entre las novedades relativas a las ofertas suplementarias de la feria cabe destacar la incorporación por primera vez de un servicio de guardería, que permanecerá abierto los dos fines de semana que coinciden con la celebración del salón. 'También hemos cuidado mucho el aspecto del servicio de restaurante y hemos ampliado el espacio. Nuestra idea principal es que todos los visitantes que asistan al salón se encuentren cómodos y disfruten con lo que están viendo', explica el presidente del Salón de Anticuarios.

Un comité de admisión y selección de piezas rechaza todas las obras que no reúnen las garantías de autenticidad o incumplen las normas del salón. En total asisten 110 expositores de diversas comunidades españolas y de Alemania, Bélgica, Francia, Holanda, Italia y el Reino Unido. El salón estará abierto hasta el 10 de febrero (precio de la entrada: siete euros; horario: de 11.00 a 21.00 horas).