Melodías en el viejo cuartel

Parece el último logro del Movimiento de Objeción de Conciencia. De cuartel a escuela de música. Allí donde se manejaban fusiles y pistolas, ahora interpretan melodías oboes y trompetas, guitarras y violines, con el piano como instrumento omnipresente. Es la nueva Escuela Municipal de Música Luis Aramburu, ubicada en pleno casco viejo de Vitoria, en lo que fueron antiguas instalaciones de la Policía Nacional.

Si el género militar ha ofrecido o no grandes composiciones a la historia de la música es algo que no se percibe en este nuevo aulario. Ahora está impregnado más de las alegrías interpretativas de esos estudiantes de 5 a 70 años que acuden desde el 7 de enero hasta este centro de la calle Correría, cuya rehabilitación le ha supuesto al Ayuntamiento de la ciudad 2,76 millones de euros. Aquí hay enseñanzas de la mayor parte de los instrumentos habituales en orquestas y bandas. Se puede estudiar saxofón, viola, acordeón o clarinete.

Es una nueva faceta de un edificio que, tras la desaparición del cuartel original, tuvo distintos usos. El último, su empleo como almacén de muebles y otros objetos por parte de Traperos de Emaús, un lugar un tanto sombrío que no daba la medida real de lo que es ahora la escuela de música.

Fundada en septiembre de 1992, esta institución ha pasado por diversos lugares (el colegio Samaniego, Musikaetxea, un edificio en la calle Zapatería que no ofrecía las condiciones necesarias) hasta llegar a esta construcción deslumbrante en una zona un tanto abandonada.

Cuenta con unos 3.000 metros cuadrados repartidos en planta baja y cuatro pisos en los que están repartidas 26 aulas, además de un auditorio con capacidad para 150 personas que se inaugurará en mayo próximo. La sorpresa llega con el ático, desde el que se puede gozar una vista única de toda la ciudad de Vitoria, con los tejados de su casco antiguo en primer término.

Este espacio está habilitado en principio para las actuaciones de las formaciones y solistas del centro. Aquí actuarán los grupos de instrumentos, las dos orquestas, la big band, la banda y el grupo de pop rock, formados a partir de ese conjunto heterogéneo de los 605 alumnos que asisten actualmente a las clases. Sus audiciones ya son famosas en Vitoria y ahora preparan la que presentarán con motivo de los Carnavales la próxima semana. Pero además, mantienen una relación de intercambio con las escuelas de Mondragón, Gernika o Getxo.

Es la expresión pública de un centro que no se ha olvidado de sus referencias alavesas. Cada una de las aulas en las que imparten clases los 22 profesores de la escuela Luis de Aramburu lleva el nombre de otros compositores alaveses, como Ramón Sáenz de Adana, Santos Laspur o Pedro Fernández de Retana. Un pequeño homenaje a los predecesores de quienes aprenden música en estas paredes que han perdido el olor a cuartel. La dirección del centro tiene previstas visitas guiadas. [Teléfono 945 130663].