El parque Warner en San Martín, a sólo dos meses de su inauguración

El municipio de San Martín de la Vega, de 11.415 habitantes, va a convertirse en un par de meses en la mayor sede europea del mundo de Hollywood. La multinacional estadounidense Time Warner abrirá entre finales de marzo y principios de abril el parque temático más grande de los ocho que tiene en Europa. El presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, que visitó ayer el parque, afirmó que 'el sur de la región mostrará su capacidad de liderazgo económico con esta apuesta por una de las primeras industrias del país: la del ocio'.

A lo largo de 150 hectáreas -una extensión similar a la del parque del Retiro- los visitantes podrán tomar una copa con Humphrey Bogart en el Rick's Café de Casablanca, entrar en la casa de la abuela de Piolín, observar las acrobacias en moto de los agentes de Loca academia de policía... Todo por un precio, aún sin concretar, pero que rondará entre los 27,05 y los 33,06 euros por persona y día.

El parque Warner de San Martín se prepara para acoger más de 30.000 visitantes diarios

El Parque de la Warner recrea de forma casi perfecta unos escenarios que anidan en la memoria de jóvenes y no tan jóvenes. El énfasis en borrar la frontera entre lo real y lo imaginario llega hasta tal punto que la zona del parque dedicada a los dibujos animados, por donde pasearán el Pato Lucas y el Gallo Claudio, no tiene un solo edificio con formas regulares. Arquitectos y constructores han tenido que olvidar las reglas básicas de su trabajo y crear ventanas y puertas que no son geométricas, ya que tampoco lo son los trazos del creador de los dibujos animados.

Conservar el mito

Este interés por conservar el mito ha derivado en unas férreas normas de comportamiento que han de cumplir los actores que se esconden tras el disfraz de Piolín o de Bugs Bunny. No podrán hablar ni hacer movimientos que no estén prefijados de antemano, excepto dar la mano. 'No pueden hablar porque nunca el actor logrará hablar como Bugs Bunny, y queremos que se conserve la ilusión', explica Marc Montserrat, gerente de espectáculos del parque.

Reglas tan estrictas impiden al actor permanecer más de media hora seguida con el disfraz puesto. Y en el momento en que el personaje no pueda continuar con la función, una señal con el pulgar de la mano hacia abajo indicará a sus compañeros que es preciso relevarlo. Tampoco podrán conversar los actores traídos del Reino Unido para ponerse en la piel de Marilyn Monroe, Mel Gibson o Clark Gable. El doble de Gibson hará un espectáculo acuático que evocará escenas de Arma letal en un escenario casi idéntico al de la película.

Desde que Warner se supo elegida para construir el parque, en 1997, hasta hoy, cuando los obreros dan los últimos retoques, una idea ha primado por encima del resto: trasladar la cultura del fantástico mundo de la Warner al terreno de San Martín. Tanto los 1.600 trabajadores que pondrán en funcionamiento el parque como los 2,6 millones de visitantes que se esperan en la primera temporada se encontrarán con un mundo muy ajeno a las costumbres españolas. Sólo quienes hablen inglés podrán referirse correctamente a las zonas y atracciones que componen el parque. Salvo las indicaciones de los aseos y de algún punto de información, la gran mayoría de los carteles reza sólo en el idioma de las estrellas de Hollywood. Quedar en el Old West Territory o preguntar por el Cartoon Village se convertirá en toda una hazaña para quienes no se manejen en inglés.

También las costumbres estadounidenses se han exportado al suelo español. Los visitantes podrán ir al parque acompañados de su mascota, sea cual sea, y disfrutar de las atracciones mientras el animal permanece en una guardería. El concepto mascota acepta variantes como 'una serpiente', según un portavoz del parque.

En el territorio de la Warner todo está hecho a lo grande. De las 150 hectáreas que ocupa, 55 constituyen zonas protegidas. Dentro de éstas hay 10 zonas ajardinadas y con más de 10.000 árboles. Además de traer coches de época que adornan las calles de Hollywood Boulevard y árboles de Australia, Argentina o Canadá, se ha instalado allí la lanzadera más alta de Europa, que mide 100 metros. Desde este gran icono blanco, el único elemento que se divisa en la lejanía, los visitantes podrán descender en caída libre, siempre ayudados por el personal.