Andalucía en una plaza

El pabellón de Andalucía en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) tiene una gran plaza central rodeada de ocho pórticos que son la entrada a los expositores de cada una de las provincias. Están así más unidas que nunca y ya no hay recelos porque a una le haya tocado mejor sitio que a otra, como solía ocurrir en años anteriores (Turismo Andaluz dividía su espacio en partes iguales y sorteaba las parcelas entre los patronatos provinciales). La idea además ha gustado de forma general. Pero el nuevo modelo de participación de Andalucía en Fitur trae nuevos debates. El de las cuotas de representatividad marcó ayer la jornada inaugural de la muestra.

Según el sentir generalizado, la plaza está bien resuelta, el problema es lo que hay en el exterior, donde se ubican los expositores de los distintos segmentos de la oferta turística. Muchos empresarios, de forma más significada los de la Costa del Sol, se quejaron del poco espacio del que disponen algunos segmentos y de la desproporción entre unos y otros. Por ejemplo, el golf sólo dispone de un pequeño mostrador de no más de 15 metros cuadrados, cuando el turismo de naturaleza dispone de una zona mucho más amplia y su peso en la economía es mucho menor. Hay quienes se preguntan por qué el segmento sol y playa tiene menos espacio que el monumental y de ciudades, y los malagueños no entienden por qué la Costa del Sol tiene el mismo espacio que Huelva (en cada uno de los expositores de segmentos el espacio se reparte entre provincias).

El consejero de Turismo y Deportes, José Hurtado, cree que el debate es síntoma del éxito de la nueva fórmula: 'Me sorprende gratamente que haya quejas por poco espacio para algunos segmentos, porque eso es señal de que el modelo funciona, el año pasado teníamos un tercio del suelo que tenemos ahora, antes había empresarios que no querían estar, y ahora quieren más espacio'. Para el consejero andalucista, lo importante es que se ha conseguido el efecto impacto que se perseguía al alquilar uno de los pabellones enteros de Ifema (10.000 metros cuadrados) y 'la sensación de poderío que da Andalucía con este pabellón'. Sí admite que hay que hacer ajustes y que para el próximo año habrá que repensar los espacios, incluso tratar de disponer de aún más.

Una de las claves del asunto está en el carácter de Fitur, si se trata de una feria profesional o política, y si es realmente un certamen eficaz para captar mercado, o un escaparate de proyección para los dirigentes públicos. Un técnico del sector explica: 'Desde el punto de vista profesional, las provincias con mayor peso turístico debían tener más presencia, pero políticamente eso es inadmisible'. Y añade: 'Todos sabemos que Málaga tiene un espacio muy pequeño para la cantidad de gente que hay'. El bullicio de pabellones como los de Málaga, Granada y Sevilla contrastaba ayer con la tranquilidad de los de Huelva y Jaén. Para Hurtado, 'dar a una provincia más espacio que a otra es caer en el agravio comparativo y provocaría una guerra muy perjudicial para el sector turístico'.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, aportó como posible solución que se pueda habilitar un espacio en el mismo pabellón de Andalucía o junto a él para aquellas ciudades o territorios que quieran montar sus propios expositores. No cuestiona, como casi nadie, la identidad común de Andalucía sólo hay una, pero sí, como muchos, que determinadas marcas tan consolidadas como la Costa del Sol queden difuminadas.