El Papa pide a abogados y jueces beligerancia contra el divorcio
Dentro de esta batalla, Juan Pablo II considera que abogados y jueces tienen un papel esencial. Su misión específica es negarse a cooperar en este tipo de causas, aun admitiendo que los jueces no pueden practicar esta especie de objeción de conciencia, porque están obligados a dictar sentencias. En todo caso, les insta a favorecer las reconciliaciones entre las parejas desavenidas. Los abogados, sin embargo, no se encuentran ante la misma dificultad y a ellos debe exigírseles, según el Papa, que declinen "el uso de su profesión para una finalidad contraria a la justicia, como es el divorcio".
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