Rato lanza un discurso presidencialista que deja patente su candidatura a la sucesión
Rajoy también ironiza sobre las opciones de los tres vicesecretarios al liderazgo del PP
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, dejó ayer patente que no ha tirado la toalla en la sucesión de José María Aznar, pese al caso Gescartera. Además, su intervención, que abrió el turno de comunicaciones de los tres vicesecretarios generales en el Congreso del PP, ofreció, con la cobertura de un tono humorístico, guiños suficientes como para dar a entender a los congresistas que el juego de la sucesión está entre Jaime Mayor, Mariano Rajoy y él mismo. Rajoy le siguió el juego, pero Mayor, no, aunque explicó que las ironías no se le daban bien.
Rato: 'Hablo primero no por lo que algunos puedan pensar, o sí'. Rajoy: 'Que yo hable el último no quiere decir lo que algunos pensáis, o no'
Rato jugó con la ironía justo en el arranque de su intervención para subrayar el hecho de que él abriera el turno de los tres vicesecretarios del PP. Con una sonrisa enigmática, dijo: 'Por decisión de la superioridad, hablo el primero no por lo que algunos puedan pensar, o puede que sí. En cualquier caso, para los que están interesados en saberlo, después de escuchar a Rajoy y Mayor, todos tendréis la solución al enigma'. El pequeño e inesperado galimatías levantó una salva de aplausos entre los congresistas, y los comentarios en las gradas de prensa.
Pero ahí no quedó la cosa porque Rajoy, en su intervención, la tercera, que cerró el turno de los vicesecretarios, respondió a Rato con otra sonrisa no menos enigmática: 'Así como hay quien habla el primero, hay quien habla el último. Ha dicho Rodrigo, y con acierto, que la circunstancia de que él hable el primero no significa lo que algunos estéis pensando, o sí. Yo también quiero decir que la circunstancia de que yo hable de último no quiere decir lo que algunos estáis pensando, o no'.
Para rematar la ironía, Rajoy metió en la liza a Mayor, que había intervenido en segundo lugar, sin entrar en el juego lanzado por Rato: 'Lo que sí está claro es que no es fácil saber qué es lo que significa que Jaime Mayor no hable ni de primero ni de último'. En medio de los aplausos de los congresistas, Rajoy, sin abandonar su sonrisa, remató: 'El problema del sentido común es que hay que tenerlo, y no está demostrado que yo lo tenga. Cierto es que tampoco está demostrado lo contrario'.
Mayor Oreja, que no se refirió al asunto ante los congresistas, ya en los pasillos, al salir del recinto, uno de los asistentes le preguntó si la causa de su silencio es que estaba 'en baja' en la sucesión. El ex ministro del Interior le respondió que se le daban mal las ironías, que no iban con su carácter.
Pero el juego de ironías, lanzado por Rato, fue tomado en serio por la prensa. Además, y por si había dudas, Rato elaboró un discurso de presidente del Gobierno, sin complejos por el caso Gescartera, al que no aludió. La ovación con que fue acogido, al final, con los congresistas puestos en pie, abundó aún más en la sensación de que Rato está en la carrera de la sucesión. También no es menos cierto que la víspera fue Mayor el más aplaudido. Lo que era una breve comunicación económica lo convirtió Rato en un discurso político, con apuntes y factura de proyecto presidencial. Habló de todo, de las víctimas del terrorismo, del centrismo y el socialismo, hasta del Plan Hidrológico y también de economía, pero engarzado dentro de un 'proyecto de modernización'.
A ratos chirriaba su sentido monopolista, por no decir sectario, como cuando señaló que 'el reconocimiento y protección de las víctimas del terrorismo ha sido cuando ha gobernado el PP cuando se ha aprobado una ley de víctimas del terrorismo con el consenso de todos los demás grupos parlamentarios'. O como cuando se atribuyó en exclusiva al Gobierno del PP la entrada de España en el euro.
También chirriaba que, a pocas semanas de finalizar los trabajos de la Comisión de Gescartera y las denuncias sobre su patrimonio, dijera sin complejos: 'Por primera vez en la historia de España, nosotros, el PP, hemos exigido también a las grandes empresas que cumplan las reglas del juego a favor de más competencia y más transparencia. Hemos acabado con los monopolios, hemos limitado el poder de las empresas con intereses en sectores estratégicos. Hemos pasado de una sociedad de privilegios a una sociedad de derechos'.
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