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Reportaje:SEXO A LOS QUINCE

'Profe, háblenos hoy de sexo'

Ni en casa ni en la escuela. La educación sexual continúa siendo una asignatura que se aprende en la calle.

Lo demuestra una encuesta realizada en 1999 por el Ayuntamiento de Barcelona entre un millar de estudiantes, y según la cual sólo el 4% de los alumnos de secundaria tiene el profesorado como fuente de información sobre sexualidad.

Que hablar de métodos anticonceptivos sigue sonrojando a más de uno lo confirma el revuelo creado en Cataluña la semana pasada, cuando la Generalitat anunció que abriría un debate sobre si los institutos deben disponer de máquinas expendedoras de preservativos. La mayor parte de asociaciones de padres, de alumnos y los sindicatos docentes creen oportuna la presencia de estas máquinas. Al otro extremo se han situado las asociaciones católicas de padres y otras organizaciones confesionales. Éstas consideran que una máquina de condones 'sólo serviría para fomentar la promiscuidad'.

'Yo no puedo hablar de sida hoy y de seguridad vial mañana', se lamenta una profesora. 'Faltan especialistas para acercar estos temas al chaval'
'En el instituto tenemos una máquina de bebidas y otra para fotocopias. ¿Por qué no una de preservativos? No creo que nos pervierta'

Pero ambas partes coinciden en una cosa: pese al alud informativo, los jóvenes no saben tanto de sexo como sería de esperar.

'En toda la secundaria sólo hemos hablado de sexo en dos clases', asegura Eva, del instituto público Jaume Balmes.

Los alumnos consultados en tres centros de Barcelona (uno, privado laico; otro, privado católico, y uno, público) opinan que el hablar de sexo en clase no depende tanto de si la escuela es católica o no, sino de la sensibilidad de cada profesor.

Otros alumnos creen que los profesores no están preparados ni deben ser su fuente de información en materia de sexualidad. 'Hablar de sexo con un profesor siempre da corte. Sería muy duro decirles: 'Profe, hoy háblenos de sexo'. Lo mejor sería que vinieran psicólogos o sexólogos', propone Mónica, de 15 años.

Falta de precaución

Según un estudio publicado por la Generalitat de Cataluña hace tres años, el 45,6% de los jóvenes catalanes de entre 15 y 29 años considera que en su entorno están muy extendidas las relaciones sexuales sin tomar precauciones. La misma encuesta señala que el 5,1% de las adolescentes de entre 14 y 19 años sexualmente activas han tenido al menos un embarazo. El 7% de los chavales del mismo grupo de edad ha dejado embarazada a una chica.

'A los 12 o 13 años ves que tienen los primeros novietes; las chicas saben lo que quieren, pero les falta formación', observa una profesora de un instituto barcelonés. 'Pero yo no puedo hablar de sida hoy y de seguridad vial mañana; falta personal especializado para acercar estos temas al chaval', reconoce esta profesora.

La oportunidad de instalar una máquina de condones en el instituto ha sido el tema estrella de los corrillos que se forman al salir de clase. Entre risas, unos; muy serios los otros, casi todos los chavales coinciden en defender la idea.

¿Cambiaría la vida del centro una máquina de condones? 'Los primeros días, sí, seguro; todo el mundo jugaría con ellos. Pero con los días todo se normalizaría y sería una cosa más dentro del instituto', dice Cristina, del Jaume Balmes. 'En el centro tenemos una máquina de bebidas y una fotocopiadora. Por qué no instalar una de preservativos? Todos hemos visto alguna en muchos sitios, no creo que nos pervierta'.

Lo mismo piensa Chimo Fernández de Castro, un profesor de ética que durante los años ochenta y noventa acumuló hasta cinco sanciones por hablar de sexualidad en sus clases y repartir preservativos entre los alumnos. Su historia comenzó en un instituto de Sant Carles de la Ràpita (Tarragona), donde, preocupado por el elevado índice de embarazos no deseados, empezó a hablar de sexualidad en sus clases. La inspección le sancionó, aunque al recurrir ante los tribunales ganó el caso.

'Nací 20 años antes de lo que debería', lamenta Fernández, quien saltó a la fama cuando repartió 2.000 condones en un instituto de Olot (Girona) ante fotógrafos y cámaras de televisión, lo que le valió una nueva reprimenda.

La idea de acercar los preservativos a los alumnos es vista por este profesor como una hipocresía de la Generalitat. 'Ahora los que me sancionaron quieren hacer lo mismo que yo hacía', sentencia.

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