El segundo caso de 'vaca loca' se originó en un rebaño vendido en Jerez

El rastro del segundo caso de vaca loca que se ha registrado en Andalucía desde que la UE generalizó los controles para detectar la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) se pierde en Jerez de la Frontera (Cádiz). La Consejería de Agricultura aseguró ayer que el ejemplar enfermo del que se informó el martes, fue adquirido hace más de cuatro años junto al resto de la ganadería de una explotación jerezana que estaba en proceso de cierre.

El secretario general de Agricultura, Luis Rallo, indicó que la informatización de los datos de las explotaciones agrarias 'es muy reciente' por lo que consideró 'muy complicado' saber dónde compró la explotación jerezana la vaca que luego fue adquirida por la finca sevillana El Coto, ubicada en el término municipal de Utrera. La res afectada por el mal de las vacas locas era de raza limousine, dedicada a la producción de carne y murió por causas naturales el pasado 25 de diciembre sin haber desarrollado ninguno de los síntomas habituales en la enfermedad.

Al morir en la explotación, la vaca fue recogido por los servicios de la Consejería, para trasladar el cadaver a una planta incineradora, tal y como dicta la normativa comunitaria. En la planta de Osuna (Sevilla) se le practicaron los tests habituales, que dieron positivo en el laboratorio de Salud Animal de Córdoba.

La Consejería ya había decretado la inmovilización de las 251 cabezas de ganado bovino de El Coto (que tendrán que ser sacrificadas) hace varios días, pero hasta que los laboratorios de Algete (Madrid) y Zaragoza (el martes a las siete de la tarde) no confirmaron el positivo, Agricultura no hizo pública la existencia del segundo caso del mal de las vacas locas en la región. El primer ejemplar enfermo detectó a principios de diciembre de 2001 en una explotación de vacuno para leche del valle de Pedroche (Córdoba).

El secretario general de Agricultura indicó que el periodo medio de incubación de la enfermedad es entre cinco y seis años y que la prohibición a la alimentación del ganado con harinas cárnicas, 'la causa más importante de la enfermedad', es muy reciente, por lo que 'la opinión pública se tiene que concienciar que durante cinco o seis años es probable que sigan surgiendo casos'.

En todo caso, la incidencia del mal de las vacas locas en Andalucía es muy baja. Si en el conjunto de España ya se han registrado 87 casos tras más de 400.000 análisis, en la región tan sólo se han hallado dos tras 30.000 muestras, una media muy inferior. Entre otras cosas porque la cabaña bovina andaluza apenas supone un 9,5% de la española y porque en su régimen alimenticio los pastos eran mucho más habituales que las harinas cárnicas.

Tras conocer la existencia de un segundo caso del mal de las vacas locas, las organizaciones agrarias quisieron ayer lanzar un mensaje de tranquilidad a los consumidores andaluces. El responsable de ganadería de Asaja-Sevilla, Juan Bilbao, explicó que el porcentaje de casos aparecidos en Andalucía 'es estadísticamente insignificante' y aventuró que la res afectada podría tener procedencia francesa, lo que puede indicar que ya venía infectada.

Bilbao aseguró que Andalucía cuenta con una cabaña saneada y que el hecho de que hayan aparecido dos casos hasta ahora no es motivo para preocupación de los consumidores ya que 'la carne que pasa a la cadena alimentaria ha superado todos los controles'.

En este mismo sentido se pronunció el responsable del sector ganadero de UPA, Salvador Trujillo, quien destacó el buen funcionamiento de la red de control puesta en marcha por la Junta. Por su parte, el responsable de COAG en Sevilla, Juan Sánchez, también valoró la actuación de la Junta y reclamó que la Administración autónoma pague cuanto antes las máximas indemnizaciones a la explotación sevillana, tal y como se hizo en su momento con la finca en la que se detectó el primer caso.