España recibe ayudas de la UE por un importe del 30% de la renta agraria
El sector agrario español ha pasado a ocupar el segundo lugar entre los países miembros de la Unión Europea en la percepción de ayudas del Feoga-Garantía (fondo de ayuda comunitario para el sector agrario), según datos de Bruselas. El importe de las mismas ascendió en ese periodo a 6.175 millones de euros, 1,027 billones de pesetas, cifra que ya supone en este momento el 30% sobre el conjunto de la renta agraria neta.
Esta cifra de ayudas es consecuencia directa de la aplicación de la última reforma de la política agrícola común, la llamada Agenda 2000, por la que se rebajaban los precios de intervención y se incrementaba una serie de ayudas fundamentalmente en herbáceos y vacuno de carne, aunque las subvenciones no cubren el importe de los recortes en los precios de intervención.
España mantiene desde su ingreso en la UE una escalada en la percepción de ayudas comunitarias. El ingreso en la UE por diferentes fases supuso ir aumentando progresivamente los niveles de ayudas comunitarias hasta lograr la plena integración y con ello disfrutar de las mismas subvenciones que el resto de los países. El sector agrario español se hallaba, sin embargo, en situación de inferioridad al tener asignados rendimientos por hectárea más bajos que en otros países, así como cupos y cuotas que suponen cada año la aplicacion de fuertes penalizaciones en producciones como aceite de oliva, maíz, arroz, trigo duro o primas ganaderas. En la última campaña, esa falta de cupos o cuotas ha supuesto no recibir 100.000 millones de pesetas.
En los últimos años, España se había mantenido entre los puestos tercero y cuarto en el cobro de ayudas, por detrás de Francia, Alemania e Italia.Con la aplicación de la Agenda 2000, las ayudas a los cultivos de herbáceos han pasado progresivamente en tres años de 54,34 a 63 euros por tonelada, aumento en las subvenciones que, sin embargo, no compensó la rebaja de los precios institucionales. El incremento de los rendimientos medios asignados en cereales de 2.600 a 2.900 kilos por hectárea se tradujo igualmente en un aumento en las ayudas, al igual que sucedió con las modificaciones introducidas en la política de ayudas para ordenar el viñedo y en las primas ganaderas.
