_
_
_
_
Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Maniobra catalana de Aznar

Soledad Gallego-Díaz

La oferta del presidente del Gobierno, José María Aznar, al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y a Convergencia i Unio en su conjunto, para que entraran a formar parte del Gobierno de la nación fue una jugada preparada cuidadosamente en La Moncloa, por el propio Aznar y por algunos de sus asesores, sin que los dirigentes del PP catalán tuvieran participación alguna.

La propuesta ha tenido tres consecuencias: ha desbaratado en parte la estrategia de CiU para los próximos meses; ha preocupado al PSOE, que está interesado en su propio acercamiento a los nacionalismos con vistas a futuras coaliciones, e, indirectamente, ha dejado claro que Aznar no tendría inconveniente en prescindir de varios de sus ministros, una demostración de desapego que los posibles afectados han recibido con malestar.

Artur Mas ha dejado claro que, llegado el momento, él tendrá una visión más favorable que Pujol a la presencia de ministros catalanistas en Madrid

Aunque ni Aznar ni Pujol han explicado en qué consistió exactamente la oferta, tampoco han desmentido que se tratara de cuatro carteras y una vicepresidencia. En cualquier caso, entre los ministerios que más se han citado esta semana en medios cercanos a La Moncloa estaban los de Economía y Fomento, dos carteras que siempre han figurado entre las más importantes para el nacionalismo catalán. Sus actuales ocupantes, Rodrigo Rato y Francisco Álvarez Cascos, no se han dado por aludidos, pero personas próximas a los dos señalan que no consideran muy agradables las maneras del presidente. 'Especialmente, cuando está a punto de empezar un congreso del PP', precisa un diputado próximo a Rato, 'es comprensible que los ministros implicados consideren que la oferta de Aznar a CiU no les deja precisamente en una posición brillante'. 'En cualquier caso', explica un veterano dirigente popular, 'el momento elegido por Aznar demuestra que tiene un control absoluto del partido y del congreso, puesto que ha decidido, sin pestañear y sabiendo que nadie comentará el asunto, una cuestión tan importante como una eventual política de coalición'.

Medios cercanos al presidente, por su parte, admiten que el momento elegido ha sido intencionado. Según esta versión, algunos asesores presidenciales quieren que el congreso sirva para cambiar la imagen de un PP furiosamente antinacionalista, una idea que se extiende cada día más, incluso entre ciudadanos que no son nacionalistas, pero que se consideran cercanos a ese sentimiento.

Sorpresa convergente

El efecto principal de la oferta de Aznar no es, sin embargo, su repercusión interna, sino sus consecuencias en los nacionalistas catalanes. Los responsables de Convergencia admiten que Moncloa les ha hecho 'una buena jugada', que les ha cogido por sorpresa y que les va a obligar a modificar la estrategia que habían diseñado con vistas a las próximas elecciones autonómicas.

Los convergentes, que gobiernan en la Generalitat gracias al apoyo de los populares, pretendían ir separándose progresivamente del PP. 'Es evidente que a CiU le interesa ir rompiendo amarras. Nunca nos ha convenido llegar a las elecciones con el lastre de un abrazo excesivo con el Gobierno del PP', según palabras de un diputado de CiU.

El anuncio de Aznar fue interpretado inmediatamente como un intento de estrechar ese abrazo, de combatir la imagen antinacionalista y anticatalanista que tiene el PP tanto en Cataluña como en el resto de España y de dificultar la estrategia de Pujol. 'Ahora tendremos que pasar el tiempo explicando que la oferta es más una trampa que una decisión sincera', añade el parlamentario de CiU.

La reacción convergente ha abierto, sin embargo, otro enfoque importante con vistas al futuro: para Jordi Pujol sería prácticamente imposible aceptar un Gobierno de coalición con el PP en Madrid después de haber rechazado en el pasado las ofertas en el mismo sentido que le hicieron UCD y PSOE. Su sucesor, Artur Mas, por el contrario, no se considera tan prisionero de la historia y tendrá en su momento una visión propia y mucho más favorable a la presencia de nacionalistas catalanes en el Gobierno de España. Ésta ha sido la novedosa impresión que el conseller en cap se ha encargado de transmitir estos días en sus sucesivas apariencias públicas.

La presencia de ministros catalanistas en Madrid siempre ha sido considerada como una opción positiva para Cataluña por los nacionalistas moderados, no sólo por ocupar un número determinado de carteras e intervenir en la política general del Estado, sino también por la 'oleada' de segundos cargos y alto funcionariado con una 'mayor sensibilidad' hacia temas e intereses catalanes que conllevaría.

Artur Mas, candidato a suceder a Pujol.
Artur Mas, candidato a suceder a Pujol.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_