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Los aeropuertos de EE UU inspeccionarán todas las maletas

Los equipos de seguridad de los aeropuertos de EE UU trataban de ajustarse ayer a la nueva normativa que exige la inspección del 100% de las maletas, aunque la falta de medios técnicos ha debilitado la aplicación de la ley. En las terminales sin suficientes aparatos de rayos X, la directiva permite salvar el problema con un método mucho menos fiable: asegurarse que cada maleta pertenece a alguno de los pasajeros embarcados.

La ley aprobada por el Congreso y firmada por Bush pretende introducir medidas de seguridad que puedan evitar futuros atentados. La mayoría de las compañías aéreas ya han reforzado las puertas de acceso a las cabinas de pilotos y han establecido varios controles para bultos de mano; también se revisan los zapatos de los pasajeros -de manera aleatoria-.

El nuevo sistema de inspección que entró en vigor ayer es, según los expertos, el que mejor puede prevenir atentados con bombas pero es, al mismo tiempo, el más difícil de implementar porque no hay máquinas de rayos X suficientes ni personal entrenado para manejarlas. La propia legislación introduce atajos en el cumplimiento que limitan su efectividad: se permite la inspección manual o con perros especializados en la detección de explosivos. Y aún peor: si ninguno de estos tres métodos es factible, las compañías aéreas pueden salvar el ultimátum de ayer con sólo cerciorarse de que toda maleta introducida en la bodega de un avión viaja con su dueño a bordo, lo cual sirve de poco si el dueño es un terrorista suicida. A finales de año la inspección del 100% de las maletas con rayos X será estricta.

En el aeropuerto de Dulles, en Washington, las nuevas máquinas se habían instalado en los vestíbulos. La premura sólo permitía inspeccionar las maletas destinadas a vuelos internacionales.

Liberado un sospechoso

Por otra parte, el FBI reconoció ayer un error y de los gordos. La semana pasada, la oficina federal de investigación anunció a bombo y platillo que Abdala Higazy, un ciudadano egipcio que pernoctó en un hotel situado frente a las Torres Gemelas, era el dueño de una radio especial con la que podía haberse comunicado con los autores de los atentados del 11 de septiembre. Higazy, detenido en diciembre, fue liberado el pasado miércoles sin cargos y con sendas disculpas. Decía la verdad: es un estudiante de la Politécnica de Brooklyn y sólo sabe de Al Qaeda lo que ha leído en los periódicos.

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Pero Higazy no estaba enfadado al hablar con la prensa tras su liberación. 'Para ser honesto, entiendo que el FBI pensara que podía ser mía'. La radio era de otro cliente del hotel, un piloto norteamericano que ocupaba la habitación del piso inferior y acudió a las autoridades para corregir el error. El estudiante de 30 años es hijo de diplomáticos egipcios y ha vivido toda su vida en Estados Unidos. 'Éste es mi hogar. Amo a América'. A consecuencia de las sospechas del FBI, Higazy pasó casi un mes en una celda de aislamiento en una cárcel de Manhattan.

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