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La anulación de la consulta allana la construcción de la central de Boroa

Azarloza justifica el cambio de la pregunta del referéndum 'para adecuarnos a la legalidad'

La empresa pública irlandesa ESB vio ayer allanado el camino para su proyecto de construir una central energética de ciclo combinado en Amorebieta. Ocurrió lo esperado y el Ayuntamiento aprobó la desconvocatoria la encuesta de opinión.

La controvertida consulta, que había sido boicoteada por toda la oposición y la plataforma vecinal Zornotza Bizirik debido al cambio de la pregunta, fue oficialmente anulada en medio de la polémica. Los concejales de IU, EA y Batasuna abandonaron el pleno extraordinario sin esperar a la votación por la negativa de la alcaldesa, la peneuvista Begoña Azarloza, a debatir una enmienda a la propuesta de suspensión suscrita por el grupo del PNV. Sólo los ocho concejales peneuvistas votaron a favor, mientras que PSE y PP se abstuvieron.

'Nos hemos quedado solos, absolutamente solos'. 'Tenemos que reconocer que no hemos sido capaces de sumar a nuestra propuesta a nuestro propio partido, ni a ningún otro', reconoció en un comunicado suscrito por ella y los otros siete ediles peneuvistas.

La empresa ESB prevé iniciar las obras en este primer semestre del año, después de que en noviembre presentara al consistorio la petición de licencia de actividad a la planta, una inversión de casi 70.000 millones que se ubicará en el polígono industrial del barrio de Boroa.

El Ayuntamiento de Amorebieta mantiene celosamente guardada la información sobre la licencia de actividad y de obras de la central energética, los últimos permisos pendientes para que empiecen las obras. Sobre estas licencias, según fuentes municipales, hay informes del arquitecto municipal que no han sido facilitados a los ediles de la oposición. Esta cuestión salió a debate en el pleno de ayer, que había sido convocado apenas 18 horas antes por la alcaldesa para que se respaldara su propuesta de desconvocar la encuesta prevista para este domingo.

La secretaria municipal confirmó que no se había facilitado datos a los ediles al ser 'competencia de la alcaldía y de los miembros de la comisión de gobierno', y reveló que no habrá información hasta que haya una resolución o se exponga al público.

En el pleno, Begoña Azarloza ahondó en los motivos de la desconvocatoria de una consulta que había sido anunciada por ella misma en septiembre con una pregunta directa sobre el apoyo a la central. Pero, tras las presiones de su partido, modificó el enunciado y la convirtió en una encuesta de opinión. Fundamentó el cambio de la pregunta 'para adecuarnos a la legalidad, siguiendo los criterios de la asesoría jurídica'. 'En la nueva pregunta [¿Está usted de acuerdo en cambiar el reglamento de usos para incluir en usos no permitidos las instalaciones de generación de electricidad en el polígono industrial de Boroa?] hemos planteado lo único que el Ayuntamiento puede hacer si los vecinos deciden oponerse a la central'.

La alcaldesa, que hablaba en nombre de todo el grupo municipal peneuvista, insistió en que en la modificada consulta 'no hay por tanto ninguna trampa, ningún interés en engañar a nadie' y censuró el boicot de la oposición, que circunscribió a Batasuna, IU y EA, por 'retirar su apoyo a la consulta, hurtando de esta forma el derecho a la libre opinión de los vecinos de Amorebieta. 'Han utilizado la excusa infantil de la modificación de la pregunta saboteando la consulta por razones que ellos tendrán que explicar'.

Expediente de expulsión

La desconvocatoria de la consulta permite superar además la crisis interna en el PNV, que había abierto un expediente de expulsión a la alcaldesa y seis ediles más (el octavo miembro del grupo municipal es independiente) por contravenir las directrices del partido, que considera la central de ESB como un proyecto estratégico para Euskadi.

El Euskadi Buru Batzar, máximo órgano de dirección del PNV, no anunció ayer la retirada del expediente, pero el presidente vizcaíno, Iñigo Urkullu, afirmó días atrás que ela anulación de la consulta va a la 'raíz' de la denuncia interna y que, con ella, 'las cosas, para el EBB, volverían a su punto inicial'.

La plataforma vecinal Zornotza Bizirik, creada hace casi dos años en contra del proyecto, exigió ayer a los concejales del PNV que no concedan los permisos a una infraestructura con 'graves infracciones urbanísticas' y perjudicial para la salud humana. Reivindicó también una consulta popular 'en la que todos podamos votar y con una pregunta clara que no eluda el verdadero meollo de la cuestión'. Esta asociación presentó un escrito, firmado por un centenar de médicos, que expone las enfermedades que, según aseguran, causará la central energética.

Mientras, la empresa irlandesa ESB reveló ayer que ha invertido más de 6 millones de euros (1.000 millones de pesetas) en estudios medioambientales y urbanísticos. Representantes de la empresa irlandesa se reunirán hoy en Bilbao con el diputado foral de Promoción Económica y Empleo, Tontxu Campos para hablar del proyecto.

La suspensión de lo no acordado

Los concejales peneuvistas vieron ayer cómo la mayor parte de la oposición volvía a boicotearles en la polémica por la central de Boroa. La controversia surgió cuando Batasuna presentó una enmienda a la propuesta de desconvocatoria de la encuesta del PNV. Con ello pretendía que se recuperase la pregunta original mantenida por la alcaldesa durante tres meses: '¿Está usted de acuerdo con la instalación de una central térmica de ciclo combinado en el barrio de Boroa?' . La alcaldesa replicó que, al tratarse de un pleno extraordinario, sólo podía votarse la propuesta de su partido, pero la oposición dijo que el reglamento municipal posibilitaba la enmienda. Fue necesaria a intervención de la secretaria municipal, que dio la razón a Azarloza. Tras una petición fallida de suspender la sesión, los ediles de Batasuna, IU y EA abandonaron sus asientos antes de la votación. Durante el debate Magdalena Goiria, de Batasuna, reprochó a Azarloza que utilizara el pleno para desconvocar la consulta y no fuera una decisión adoptada por el grupo municipal peneuvista. A finales de noviembre, en otra sesión plenaria del consistorio, se aprobó la celebración de la consulta con la pregunta original pero dos semanas después la alcaldesa, al presentar las bases del acto electoral, modificó el enunciado y la convirtió en una encuesta de opinión. 'Si fue [la convocatoria de la consulta] un acuerdo de pleno, ahora también tiene que ser', argumentó Azarloza en un momento del debate. 'No se puede suspender', respondió Batasuna, 'un documento anónimo [el cambio de pregunta y las bases de la encuesta, difundidos el 17 de diciembre, no están firmados por nadie] que no ha pasado por el pleno. Nosotros no podemos participar en esta farsa', manifestó la edil Magdalena Goiria. Vicente Silva, de IU, censuró que la primera autoridad de Amorebieta 'primero convocara un referéndum, luego una consulta y, en último término, una encuesta de opinión'. Criticó a los ediles peneuvistas el 'cambio de lo que se había aprobado en pleno. En ningún acta hemos visto el cambio de pregunta'. Y añadió: 'Habéis intentado quedar bien ante el amo [la dirección del PNV] y ante el pueblo'. Silva rechazó que el equipo de gobierno haya buscado la participación vecinal, dado que 'cuando se quiere la participación no se mandan las bases sin firmar, y no sólo se envían a los partidos sino también a las asociaciones'. El PP, que apoya el proyecto, manifestó desconocer 'por qué se nos ha convocado a este pleno', dijo su edil Beatriz Calvo. Antonio Castellet, del PSE, recordó que su grupo está en contra del central de ciclo combinado y del referéndum, porque 'una pregunta que no sea vinculante iba a traer más problemas'. Mikel Etxebarria, teniente del alcalde del PNV, defendió la postura de su grupo. 'Lo único que se ha hecho es adecuar la pregunta a la legalidad y la realidad'. Reiteró que la inicial convocatoria de la consulta sólo fue aprobada por su grupo -'nadie más lo aceptó'- y manifestó que si el proyecto es ilegal, 'ya vendrá el técnico y lo dirá'.

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