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Reportaje:

Los excesos de un príncipe

Elogios a Carlos de Inglaterra por afrontar la afición al cannabis de su hijo menor

La familia real británica sigue su descenso a la tierra: desde hace unos años sabíamos que los padres se divorcian; ahora sabemos que los hijos adolescentes tienen problemas con las drogas y la bebida. La exclusiva del sensacionalista News of the World explicando los flirteos con el cannabis y los abusos con el alcohol del hijo pequeño del príncipe Carlos, Harry, ha acaparado las primeras páginas de los dominicales londinenses y ha sacudido a la sociedad británica. Abrumado y avergonzado por la revelación, el hijo menor de Carlos y la fallecida Diana pasó ayer el día en el palacio familiar de Highgrove, a las afueras de Londres, acompañado de su padre y su hermano William.

Harry, de 17 años de edad y tercero en la línea de sucesión para heredar la corona de la reina Isabel, después de su padre y su hermano, admitió el pasado verano ante Carlos de Inglaterra que había probado varias veces el cannabis y que bebía con regularidad y exceso, tanto en la residencia familiar como en un pub local, The Rattlebone Inn. Las peculiares actividades de su hijo llegaron hasta oídos del príncipe de Gales, al detectar uno de sus ayudantes 'un fuerte olor a cannabis' en el palacete familiar, explica News of the World.

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'Desde la muerte de la princesa Diana la familia adoptó la regla de que, cuando Harry llegaba a casa después de la escuela, su padre procuraba estar en casa en Highrove', explica al diario un amigo de la familia. 'Pero este verano fue diferente. El príncipe Harry se estaba haciendo mayor, el príncipe Carlos estaba a menudo fuera por sus ocupaciones en Londres y el príncipe William estaba en su año sabático', continúa el amigo.

'Total, que por primera vez el príncipe Harry se encontraba ocasionalmente solo en Highrove y le animaron a que se buscara amigos que le hicieran compañía. Durante dos meses, en junio y julio de 2001, cayó en manos de un mal grupo en el Rattlebone Inn. Guy Pell, condenado una vez por conducir ebrio, era uno de los que peor influencia tenía en él', añade el amigo de la familia.

De esas malas compañías salieron sobre todo las catas de cannabis, que Harry asegura que en su caso fueron siempre en los jardines, pero no en el interior de la casa familiar, aunque los amigos sí fumaban en la cava que el hijo pequeño del príncipe de Gales había acondicionado como refugio personal, con un equipo de alta fidelidad y un bar muy bien aprovisionado.

Los problemas de Harry con la bebida son anteriores al verano pasado. Con apenas 11 años ya se echaba sus buenos tragos, y la prensa revelaba ayer numerosos testimonios de parroquianos del Rattlebone Inn explicando la afición a libar del cachorro de los Windsor, que llegó a tener un altercado con la policía por 'atacar verbalmente' a un camarero francés del pub cuando le instaba una noche a dejar el recinto tras el cierre. A Harry llegaron a prohibirle la entrada, pero enseguida le readmitieron de nuevo.

Cuando Carlos se enteró de los problemas de su hijo pequeño 'reaccionó con mucha calma', explica News of the World. No se enfrentó a Harry de manera agresiva, pero le exigió que le contara la verdad. Harry admitió de inmediato que en los dos últimos meses había fumado cannabis en varias ocasiones, que había montado fiestas con amigos en Highrove y que había estado bebiendo mucho.

Tras consultar con el hermano mayor, William, el príncipe de Gales decidió llevar a Harry a un centro de desintoxicación de heroinómanos para que conociera de cerca las consecuencias que pueden tener las drogas. Harry estuvo unas horas visitando el lugar y hablando con los jóvenes sometidos a tratamiento. El objeto de la visita era provocar en Harry un choque emocional que le abriera los ojos de golpe sobre los peligros de la droga.

Los expertos alabaron ayer el comportamiento de Carlos de Inglaterra, aunque elogian más las abiertas discusiones sobre el tema que mantuvieron padre, hijo y hermano mayor que la visita al centro de desintoxicación.

El primer ministro británico, Tony Blair, elogió abiertamente la actitud del príncipe de Gales. 'Ha reaccionado de manera muy positiva y responsable', dijo, 'ante una situación muy difícil que yo conozco en carne propia', declaró. El hijo mayor de los Blair, Euan, fue recogido por la policía completamente borracho e incapaz de valerse por sí mismo una noche cuando tenía sólo 16 años, en julio de 2000.

El príncipe Harry, de 17 años de edad.
El príncipe Harry, de 17 años de edad.EPA

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