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Reportaje:FÚTBOL | La jornada de Liga

La maldición de Kovacevic

El delantero perdió a su padre al fichar por la Real y ahora a su hermano

Cuando se retire, Darko Kovacevic guardará sentimientos contradictorios de su presencia en la Real Sociedad. Como si de una maldición se tratase, cada buena noticia procedente de San Sebastián, su fichaje (en 1996), su retorno (el 30 de diciembre de 2001), ha sido seguida por otra de carácter luctuoso. Una jugarreta del destino.

El último domingo del pasado año, Kovacevic era recibido con la parafernalia de los ídolos en Anoeta: cinco mil aficionados en las gradas, pantalla gigante, expectación máxima y confianza absoluta en que sus goles rescatarán a la Real del infierno de la clasificación. Kovacevic se fue al Hotel Aranzazu, donde habitaba temporalmente, y se metió en la cama con la satisfacción del buen recibimiento dispensado por la afición. A las seis de la mañana, el presidente de la Real, José Luis Astiazarán, llamó a su puerta y le comunicó que su hermano mayor Zeljko (de 31 años de edad) había fallecido repentinamente, víctima de un infarto cerebral, tras celebrar el cumpleaños de su hija. A Kovacevic le esperaba la nochevieja más larga de su vida: seis días casi en vela en la ciudad yugoslava de Kovin, donde nació, hasta regresar el pasado domingo a San Sebastián, agotado y con unas ojeras que revelaban por igual el dolor y el cansancio.

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Toshack había previsto que Kovacevic debutara con la Real el pasado sábado en Las Palmas. No pudo ser. La maldición de Kovacevic, en San Sebastián, se añade a la lista de infortunios de la Real Sociedad con los últimos fichajes. El internacional yugoslavo ya había vivido una situación similar cuando fichó en 1996 por la Real Sociedad. La muerte de su padre atrasó sus planes deportivos con su nuevo equipo. Ahora ha ocurrido lo mismo, con el agravante de que unos días antes se había producido la muerte de su suegro.

Un cúmulo de desgracias que, sin embargo, podrían no impedir su presencia hoy en San Mamés para disputar el derby vasco (21.30, Autonómicas y La 2). Kovacevic es consciente de que le falta forma física: lleva año y medio sin disponer de muchos minutos de juego, primero en el Juventus y luego en el Lazio, agravada por el cansancio de su semana trágica, pero reconoce que la mejor forma de superar todos los problemas es jugar en San Mamés un partido intenso y 'hacer un gol para dedicárselo a mi hermano, que desgraciadamente ya no volverá'.

Toshack se lo piensa. Contaba con él desde el primer día, pero los planes han cambiado. La intensidad del derby vasco puede ser beneficiosa para la motivación del jugador, pero excesiva para su forma física.

Kovacevic no ha tenido suerte en su aventura italiana. En el Juventus (equipo al que fue traspasado por la Real en 1999 por 3.500 millones de pesetas) pasó con más pena que gloria. Muchos futbolistas le cerraron el paso y acabó siendo traspasado en 2001 al Lazio. Su curva futbolística siguió decreciendo por falta de oportunidades y la Real Sociedad se acordó de su viejo ídolo, al que descubrió en 1996 en el Sheffield Wednesday, adonde había llegado procedente del Estrella Roja de Belgrado.

Kovacevic no se lo pensó mucho. Se dice que aceptó la oferta realista a pesar de perder unos 150 millones anuales de ficha. Esa generosidad permitió un fichaje que de lo contrario hubiera resultado imposible. Los rumores le acosaron desde el principio. Se hablaba de que el suyo sería un fichaje puente para recalar la próxima temporada en un club más grande. Se decía que el dispendio económico de los fichajes realistas (Westervel, Kovacevic y, en breve, Nihat) se cubriría con un suculento traspaso de Xabi Alonso, la perla de la Real. Toda renuncia económica de una gran figura levanta un cúmulo de sospechas. Un debate menor para un futbolista que ha padecido los rigores italianos y para una persona que ha sufrido una desgracia personal mayúscula.

Hoy en San Mamés puede redebutar con la Real haciendo tabla rasa de sus desgracias, de su forma física y de sus pronunciadas ojeras. La plantilla se ha volcado con él, abanderada por Javier De Pedro, su mano derecha. El delantero yugoslavo quiere jugar en un campo maldito en el que nunca ha marcado un gol oficial; sólo anotó un tanto en un partido amistoso de verano en el que la Real perdió 6-1. Mala suerte.

Athletic: Lafuente; Javi González, Lacruz, Vales, Larrazabal; Urrutia, Alkiza; Etxeberria, Guerrero, Tiko; y Urzaiz.

Real Sociedad: Westerveld; Rekarte, Kvarme, Luiz Alberto, Aranzabal; Xabi Alonso, Idiakez; Tayfun, Khokhlov, De Pedro; y Kovacevic o De Paula.

Kovacevic, delante de fotos suyas.
Kovacevic, delante de fotos suyas.JESÚS URIARTE

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