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El Ebro sufre un nuevo vertido ilegal, ahora de aceite mineral, 16 días después del de mercurio

El Ebro ha padecido una nueva agresión ecológica en la misma zona en la que el pasado día 25 se produjo vertido ilegal de mercurio que causó la muerte de 4.000 peces y contaminó el agua de boca de 40 poblaciones de Tarragona. Ayer a primera hora de la tarde, a la salida del embalse de Flix (Ribera d'Ebre), se observó una mancha de aceite mineral de un kilómetro de longitud por 20 metros de ancho. Esta acción viene a recrudecer la polémica sobre la gestión de las administraciones en las aguas fluviales y el control ambiental. El fiscal de la Audiencia de Tarragona citará a declarar como imputados a los directivos de Ercros, desde cuya factoría de Flix, supuestamente, se realizó el vertido de mercurio.

Como ya sucedió en el caso del vertido de mercurio, la Agencia Catalana del Agua (ACA), organismo de la Generalitat, y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), dependiente de la Administración central, dieron versiones diferentes del origen y la composición de la mancha. Mientras que la ACA sólo explicaba que la mancha era de 'un producto químico con aspecto morado-azulado' y que había aparecido entre Flix y Ascó, la CHE aseguraba que era un hidrocarburo, concretamente aceite, y apuntaba, según el responsable de vertidos, Francisco José Gaudó, a un escape en alguna central hidroeléctrica que tuvo lugar aguas arriba del embalse de Flix. Ello quiere decir, según la Administración central, que el vertido pudo haberse producido en el pantano de Riba-roja o en el de Mequinenza, ya en Aragón.

Las autoridadades no prohibieron sacar agua del río y se limitaron a informar del vertido al Consorcio de Aguas de Tarragona, que abastece de agua del ministrasvase a 40 poblaciones, y a las asociaciones de regantes.

La gran mancha de ayer era apreciable a simple vista, por lo que técnicos de la ACA y de la CHE, con la ayuda de efectivos de Protección Civil, iniciaron a mediodía los trabajos para intentar su control y disolución. Al tiempo, se advertía a las poblaciones ribereñas de que se abstuvieran de utilizar agua del río.

Los trabajos se dirigieron a interceptar la mancha mediante la colocación de una barrera por los bomberos a la altura de la población de Móra d'Ebre, unos 30 kilómetros aguas abajo del lugar donde presuntamente se produjo el vertido, para posteriormente tratarla con detergentes que facilitaran su disolución.

Los bomberos gestionaban a última hora de ayer que Repsol les cediera una nueva barrera flotante, ante el temor de que la ya dispuesta resultara insuficiente y no cerrara del todo el ancho del río. Aun así, a última hora se confiaba en que la mancha se fuera diluyendo en el agua por sí sola. En caso contrario, se preveía que los trabajos continuaran hoy.

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La velocidad de la mancha, de un kilómetro de longitud y más de 20 metros de ancho, se pudo reducir, según un escueto comunicado del Departamento de Medio Ambiente, después que se regulara el caudal del río y el pantano de Riba-roja redujera su volumen del agua, que pasó de desembalsar 240 metros cúbicos por segundo a 80. Esta medida no comportó una bajada de potencia de la planta hidroeléctrica.

Los Mossos d'Esquadra investigan el origen y la composición del vertido.

La Fiscalía de Tarragona anunció ayer que los directivos de Ercros deberán comparecer en calidad de imputados. Ercros insistió en que sus emisiones de mercurio han estado por debajo de los límites legales y en que fue precisamente el hecho de que padecieran problemas durante las pasadas nevadas entre el 17 y el 22 de diciembre lo que impidió la generación de residuos al haber disminuido su producción.

La contaminación registrada ayer se sumó a la viva polémica generada por el vertido de mercurio de finales de diciembre, que mató a 4.000 peces y afectó al agua de boca suministrada por el Consorcio de Aguas de Tarragona a 40 poblaciones. El Departamento de Medio Ambiente publicó el miércoles los resultados de los análisis del agua y de los peces muertos recogidos el pasado 27 de diciembre. Según estos datos, el agua llegó a tener unos niveles de mercurio de 7,7 microgramos por litro, siete veces superiores a los parámetros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son de un microgramo por litro.

La concentración de mercurio pudo superar los 300 microgramos por litro, según la hipótesis de los investigadores del laboratorio de Toxicología y Salud Medioambiental de la Facultad de Medicina de la Universidad Rovira i Virgili. Según José Luis Domingo, catedrático de Toxicología de la citada facultad, la hipótesis más probable 'es que hubo un vertido de mercurio en cantidades suficientemente importantes como para que las concentraciones en aquella zona del río alcanzasen niveles letales para los peces'. Estas concentraciones mortales 'suelen estar entre 200 y 300 microgramos por litro', precisó Domingo.

El catedrático matizó que, como las aguas no están estancadas, 'en poco tiempo se produjo una dilución de la concentración de mercurio, que bajó hasta los 7,7 microgramos el 27 de diciembre', día en que se realizaron las tomas para los análisis.

Las críticas a la gestión de las administraciones sobre el río no cesan. Las plataformas de las tierras del Ebro exigen responsabilidades y el PSC recuerda que la ACA sólo tiene cuatro inspectores en el Ebro y que los episodios de contaminación ponen en evidencia 'la insuficiencia de los sistemas de detección y control'.

Por su parte, María Luisa Martínez Frías, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y directora de un estudio sobre causas de malformaciones congénitas, aconseja a las gestantes que hayan consumido agua con cantidades de mercurio superiores a lo aconsejado por la OMS que acudan a su médico para analizar los niveles de este metal en sangre y orina. Los elevados niveles de mercurio pueden ocasionar riesgos neurológicos al feto.

Agentes de los Bomberos de la Generalitat instalan una barrera neumática frente a Móra d'Ebre.
Agentes de los Bomberos de la Generalitat instalan una barrera neumática frente a Móra d'Ebre.JOSEP LLUÍS SELLART

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