Voto a los inmigrantes, ya
- Nostalgia colegial. 'Les telefoneo con mucha nostalgia porque el otro día, paseando por las calles de Madrid, vi que el edificio donde se encontraba mi colegio ha desaparecido', cuenta Isidro con pena. 'No hay derecho a que todos los recuerdos de tantos años, de tantos niños hoy hombres y mujeres, se desdibujen así. Quizá yo sea muy sentimental pero, a partir de ahora, no sé dónde voy a situar mis recuerdos y los de mis compañeros', se lamenta.
- Víctimas de los charcos. 'Desde luego, cada vez queda menos educación y menos buenas formas', dice Vicenta. 'No hay derecho a que la gente que circula en coche cruce a toda velocidad encima de los charcos de lluvia, sin pensar ni un momento en que hay gente que, como yo, no sólo no tenemos coche, sino que, además, contamos mucha edad y por esa gracia nos volvemos a casa totalmente mojados por su irresponsabilidad', agrega enojada.
- Reciclaje de pinos navideños. 'Creo que se ha dado poca prensa a la campaña de recogida de pinos de Navidad encaminada a reciclar los árboles ornamentales adquiridos para las fiestas', advierte Consuelo. 'La gente desconoce que, incluso, los pinos pueden ser transformados en abonos vegetales. Por ello', añade, 'desearía que el año entrante se ocupen más de informar sobre este asunto, que creo de gran interés ecológico'.
- Sugiero ayunar. 'Después de las Navidades me permito sugerir a la gente que tenga en cuenta la importancia que el ayuno tiene para permitir al cuerpo que descanse', propone Raquel. 'Se comen tantas cosas, tan distintas, que obligamos a nuestro cuerpo a hacer un esfuerzo que únicamente el descanso digestivo puede paliar', sentencia.
- ¿Qué enseñan hoy a los niños? 'Les escribo verdaderamente consternada', confiesa María Pilar, 'porque en estas Navidades, con sobrinos nietos míos, he visto realmente el fracaso de la vida escolar actual. Los niños que he visto y que pertenecen a mi familia no saben ni cantar, ni bailar, ni siquiera escribir con una letra que distinga la personalidad de sus trazos de la de los demás niños'. Y añade: 'No concibo qué es lo que realmente se les enseña ahora en las escuelas o en los colegios privados. Es verdaderamente una pena que en años tiernos en los que los niños son como verdaderas esponjitas para aprender cosas saludables, que les servirán toda la vida, ese tiempo único sea desperdiciado y los niños vuelvan a sus casas sin saber nada más que pedir para consumir', se lamenta esta mujer.
- No se oye nada. 'A ver si el próximo año alguien se entera de que desde el pavimento de la Puerta del Sol', comenta Fernando, 'no se oyen en absoluto las campanadas de la torre del reloj. ¿A que parece una coña?', se pregunta, 'pues en verdad que no lo es. Resulta prácticamente imposible tomarse las uvas atinadamente desde la misma plaza; por ello', agrega, 'pido que el año que viene se dignen colocar a ras de suelo algún altavoz, pensando en las miles de personas que queremos perpetuar esa costumbre tan madrileña'.
- Por la fantasía. 'Al ver la reaparición en las pantallas de Madrid de películas de corte infantil relacionadas con la imaginación, la magia y otras cosas similares', afirma Amalia, 'me da la impresión de que se está produciendo una corriente de pensamiento entre muchos padres que, en contacto con sus hijos, ya están hartos de tanta monserga tecnológica y que quieren para los niños lo que siempre les perteneció: la fantasía'. Y añade, con un punto de indignación: 'La pepla tecnológica se ha encargado de arrasar durante los años anteriores todo cuanto tuviera que ver con ese mundo de ilusiones que los niños viven como nadie. Por ello', termina esta lectora, 'los niños han dicho basta y han vuelto a lo que desean'.
- Voto a los inmigrantes. 'Como cada año nuevo implica, al menos en teoría, una serie de buenos propósitos, yo quisiera proponer al Ayuntamiento que en este año 2002 se conceda el voto a los inmigrantes', plantea Vanessa. 'De esa forma, la opinión de los que aquí viven, trabajan, gozan y sufren sería tenida en cuenta e, incluso, se podrían producir cambios electorales positivos para todos', apunta.
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