LA MADRE LADRONA DE NAVIDAD, CONDENADA
Agnès Bachelard, una joven francesa madre de siete hijos, sin trabajo y con una caravana como casa, no pudo resistirse al ambiente navideño de los grandes almacenes. El 21 de diciembre de 2000, la ilusión de sus hijos y los estantes repletos de juguetes le empujaron a llenar su carro con regalos que no se podía permitir. Para una mujer que vive de una ayuda estatal, la 'compra' superó con creces sus posibilidades, alcanzando 609.80 euros (unas 100.000 pesetas). Intentó sacar los juguetes entre dos cajas cerradas. Sin embargo, dos vigilantes alertados por una cliente retuvieron a Agnès a la salida y la condujeron a comisaría. 'Me jugué el todo por el todo porque tenía ganas de ofrecer unas verdaderas navidades a mis hijos, como en cualquier otra familia', explica. En el juicio ante el Tribunal Penal de Lyón, el fiscal solicitó la puesta en libertad, reconociéndole el 'estado de necesidad', un concepto del Código Penal que data del año 1898 y utilizado normalmente para exculpar ciertos robos de comida. El tribunal no lo aceptó y declaró culpable a la acusada, pero le dispensó de la pena debido a su situación. Un fiscal de mayor rango, Christian Assenfratz, recurrió al Tribunal de Apelación de Lyón 'para no dar ideas a otras personas' y Agnès fue condenada el pasado martes día 8 a seis meses de cárcel y a cinco años de privación de derechos civiles, aunque es probable que no haya de ingresar en prisión. Un abogado presente en la sala se preguntó quién sería más peligroso para la sociedad, si esta madre con deseos de dar una vida mejor a sus hijos o unos jóvenes puestos recientemente en libertad por el Tribunal de Lyón después de haber quemado decenas de coches.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.