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Reportaje:CICLISMO

Un dirigente asegura que Coppi murió envenenado

Un ex miembro del CONI rechaza que la malaria causase su muerte

La muerte de Fausto Coppi, uno de los máximos campeones del ciclismo italiano y mundial, el 2 de enero de 1960, no habría sido causada por la malaria, como se suponía, sino por un potente veneno que le administraron en África, donde participó en 1959 en una cacería. La tesis del asesinato, la defendía ayer en primera página el diario deportivo italiano Corriere dello Sport, que se hacía eco de las sorprendentes revelaciones de Mino Caudullo, antiguo dirigente del CONI (Comité Olímpico Nacional Italiano). Según Caudullo, la supuesta verdad se la contó en 1985 un sacerdote francés, que la había escuchado de labios de uno de los culpables, en confesión. El motivo fue, según la misma fuente, el deseo de algunos africanos de vengar una afrenta. Del fraile francés se ha perdido el rastro, y es probable que haya fallecido. Aun así, la fiscalía de Roma abrió ayer una investigación sobre el caso porque, en Italia, el delito de asesinato no prescribe jamás.

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La muerte de Coppi, quizás por lo inesperada, estuvo envuelta en un clima de misterio desde el principio. La diagnosis inicial fue pulmonía, pero poco después, los médicos culparon del rápido final del campeón a la malaria, enfermedad que habría contraído durante la cacería en Alto Volta (hoy Burkina Faso) en 1959. La desaparición del campeonissimo estuvo marcada por la polémica a propósito del tratamiento erróneo al que fue sometido por los médicos. Raphael Geminiani, el ciclista francés, que participó en el mismo safari, contrajo casi simultáneamente la malaria y pudo ser curado en París gracias a una terapia especial a base de quinina.

'La historia del envenenamiento es bastante increíble', declaró ayer Coppi hijo, de 46 años. 'La única certeza es que si mi padre hubiera sido tratado correctamente hoy estaría vivo'. Y añade, 'a mi padre le atendieron con mucho interés pero erróneamente. Dijeron que tenía pulmonía. Le administraron cortisona y entró en coma enseguida. Porque la cortisona favorece el desarrollo de la malaria'.

En cuanto a la historia que publica Corriere dello Sport, Faustino Coppi considera que presenta muchas lagunas. '¿Porqué ha esperado tanto tiempo para hablar ese dirigente del CONI?', se pregunta. Y, sobre todo, '¿por qué iba a contarle la historia a él ese fraile francés?'.

A Raphael Geminiani, que ha cumplido ya 77 años, la hipótesis del veneno como causa de la muerte de Coppi le parece sacada de un relato de ficción. 'Fausto y yo nos enfermamos los dos de malaria en un lugar perdido de la sabana.Yo me salvé in extremis, pero en su caso se equivocaron en el diagnóstico'.

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