Los Reyes Magos viajan este año en tren, barco y helicóptero

Los Reyes de Oriente no estarán solos este año. Llegarán a Barcelona por mar y se encontrarán con lo que será el eje central de la cabalgata: un espectáculo. El paje Gregorio, que recoge las cartas de los niños, llegó anteayer a Barcelona para organizarlo todo y ha conseguido que cinco grupos de espectáculos amenicen la cabalgata barcelonesa. En ella participarán, además, 3 grupos de animación, 817 ayudantes, 225 actores y bailarines, 80 músicos y 258 voluntarios que repartirán 11.000 kilos de caramelos entre el público que acuda a saludar a Sus Majestades. Los espectáculos de calle han sido organizados siguiendo un guión global que da sentido a todo el cortejo. El sistema de representación recuerda, en parte, el teatro del arte, mitad previsto mitad improvisación, en el que el público tiene cierto papel participativo.

Barcelona incorpora al Doctor Maddock, dueño de la única mina que produce carbón dulce

Entre el momento de inicio de los espectáculos y el punto final que pondrán los propios Reyes junto a las fuentes de Montjuïc transcurrirán tres horas de diversión para los más pequeños, que compartirán su ilusión con los mayores. Y este público podrá apreciar la presencia de un elefante mecánico, tres serpientes gigantes (una de ellas tibetana), un coche antiguo de bomberos y cuatro esqueletos de dinosaurio, además de otros esqueletos aparecidos en la mina del Doctor Maddock, la única en el mundo que produce carbón dulce.

Los Magos de Girona, por su parte, no temen dejar exhaustos a sus caballos -a falta de camellos- puesto que este año han decidido trazar dos 'precabalgatas' que recorrerán el casco antiguo antes del tradicional desfile. Serán acompañados por tropa ligera que partirá a las 16.00 y a las 16.15 de la iglesia de Sant Lluc, junto a la catedral, y recorrerá diversas calles hasta encontrarse en el Pont de Pedra para acudir juntos al campamento real de los jardines de la muralla. Este campamento estará instalado a partir de las 16.30 y allí se atenderá a todos los niños que deseen entregar sus cartas en persona. En ambos recorridos habrá bandas de música, magos y acróbatas, pero será en el itinerario ortodoxo con carrozas donde el color, la luz y la lluvia de caramelos pondrán los mágicos ingredientes a la cabalgata real.

Ni el frío ni la niebla impedirán que los Magos acudan puntuales a su cita con los niños de Lleida. Llegarán en tren a las 18.00. La comitiva, con las tres carrozas reales, iniciará su recorrido 15 minutos después en la plaza de Berenguer IV, delante de la estación, y continuará por la Rambla de Ferran, Francesc Macià, avenida de Blondel y avenida de Catalunya. En este punto, Sus Majestades cambiarán los carruajes por tres dromedarios para atravesar las calles del eje comercial (Sant Antoni, Major y plaza de la Paeria). La cabalgata, en la que intervendrán 350 personas y 11 carrozas, finalizará a las 19.30 en la plaza de Sant Joan, donde los Reyes pronunciarán los parlamentos y recogerán las cartas de los más pequeños.

Los Reyes llegan a Tarragona en barco a las 19.00. Descenderán hasta el Moll de Costa y se trasladarán en coches descapotables hasta la calle Real, donde abandonarán sus vehículos y montarán en sus carrozas. La cabalgata seguirá un itinerario que ya es tradicional y en el que se repartirán toneladas de caramelos. Está previsto que llegue al Ayuntamiento alrededor de las 21.00 horas.

La cabalgata en Reus toma un cariz más moderno. Sus Majestades llegan en helicópteros que aterrizarán en la plaza de Anton Borrell a las 16.45 horas. A partir de entonces, los Reyes Magos visitarán el hospital Sant Joan y una residencia de ancianos, y la cabalgata propiamente dicha comenzará a las 19.00 y pasará por las calles más céntricas de la ciudad: Sant Joan, plaza de Prim, Raval de Jesús, Tomb de Ravals. Los Reyes, con sus carrozas, pajes y escoltas, acabarán su recorrido por la calle de Monterols hasta desembocar en la plaza del Mercadal sobre las 20.00. En Tortosa y Amposta el río tiene un componente crucial en la cabalgata como vía de acceso de los Reyes de Oriente hacia las poblaciones.