Hertzainak reedita su discografía en una caja que compila sus 83 canciones
Los siete compactos recorren su producción entre 1984 y 1992
En una operación de rescate análoga a la realizada hace un año con Itoiz, Oihuka acaba de poner en circulación una caja con siete compactos que recopila la discografía completa de Hertzainak. El polémico conjunto vitoriano, uno de los principales acicates del rock en euskera, grabó esos 83 temas entre 1984 y 1992.
La caja en cuestión recoge los seis elepés (Hertzainak, Hau dena aldatu nahi nuke, Salda badago, Amets prefabrikatuak, Zuzenean, Denboraren orratzak) que el grupo puso en circulación y un séptimo que agrupa los tres maxis que editó en 1989, 1991 y 1992: Mundu berria daramagu bihotzean, Une etengabeak, Hertzainak. También se incluyen dos singles que en su día fueron regalados en edición limitada. Con su escucha conjunta, el aficinado puede hacerse una idea certera de lo que ofreció Hertzainak, según contaba su propio bajista y compositor, Josu Zabala, un conjunto que ejerció de cronista independiente de su época.
'Hablamos de cosas políticas constantemente, pero no hacemos política. Simplemente reflejamos lo que pasa en la calle. Si en tu calle pasan barbaridades y tú lo cuentas, no eres un político. Somos más periodistas que otra cosa', proclama Zabala entre la recopilación de antiguas entrevistas y artículos sobre la banda que contiene el libreto de 64 páginas que acompaña a los discos.
Sus temas funden el rock con ribetes caribeños, rock and roll, actitud y sonido punk, ska, sones e instrumentos tradicionales, pop o cuartetos de cuerda. De todo ello picaba Hertzainak, un conjunto que compartió tablas con bandas históricas como Zarama, Barricada, Kortatu, Cicatriz o Potato. Ruper Ordorika, Natxo Cicatriz, el guitarrista Bixente Martínez, el compositor y violinista Bingen Mendizábal, El Drogas y Boni (ambos de Barricada) pueden alardear de haber colaborado con el grupo que cantara Eh Txo!, Pakean utzi arte o Ta zer ez da verdín.
El cuarteto se mantuvo en activo desde 1979, cuando sus miembros pretendieron trasplantar el dinamismo del punk británico a un panorama musical vasco 'totalmente desgraciado', hasta 1993. Ese año pusieron fin a su aventura musical. Para entonces, Hertzainak había tenido tiempo para planear una serie de conciertos contra el Mundial de Fútbol de 1982, actuar en Suramérica, reclutar a Bingen Mendizábal para los directos, crear la discográfica Aketo o protestar por que no se vendiesen discos en castellano en la Feria de Durango.
Y en sus canciones quedaba constancia de su falta de prejuicios a la hora de tomar el pelo al PNV y sus batzokis, a AEK, a la imposición del euskera batua o a la policía. Todo con la única intención de 'ser esa pulguilla molesta dentro de este país'. 'Nosotros intentamos reflejar el ambiente en el que vivimos, pero no con la intención de predicar o de crear partidarios de no sé qué ideas. Simplemente intentamos desahogarnos de la vida que llevamos', dijo en su día Josu Zabala.
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