España renueva su eterno sueño

Puntual a su cita de cada cuatro años, el sueño del fútbol español se dispara. Toca Mundial y la selección española siempre llega con el traje de favorito recién planchado. Luce su trayectoria inmaculada de la fase de clasificación, la insultante salud de sus clubes y de su Liga y un puñado de grandes futbolistas, con el insaciable Raúl a la cabeza. Y en esta ocasión, además, puede agarrarse a la bondad del sorteo, que le invita a cruzarse con rivales de medio pelo (Eslovenia, Paraguay y Suráfrica) en la fase previa. La historia, claro, recomienda no levantar demasiadas ilusiones al respecto. La selección tiene un techo en su palmarés mundialista, ubicado habitualmente en los cuartos de final, ya lejano aquel broche de semifinalista en Brasil 1950. Y recomienda que se la mire con mucha cautela en esta competición.

Así que los favoritos serán los de siempre. Está Francia, la vigente campeona. Está Brasil, que vive enredada en la peor época de su historia pero que sigue llena de talento, un aspecto muy decisivo en estos torneos de velocidades cortas. Está Italia, sin centrocampistas, pero con una tripleta de atacantes (Totti, Del Piero y Vieri) para no descuidarse. Y está Argentina, más rocosa que nunca, a cuyo tradicional espíritu competitivo, ha incorporado, por gracia de su técnico, Marcelo Bielsa, el orden y la atención a los pequeños detalles. Las mejores argentinas acostumbran a verse, además, cuando la realidad social del país más aprieta. Y éste es el caso. Le ha tocado, eso sí, lidiar en el grupo más fuerte de la primera fase (su enfrentamiento con Inglaterra, del 7 de julio, promete). Y están Alemania, aunque en horas bajas, Portugal, la misma Inglaterra... Hasta 32 selecciones, un cifra récord. Por lo demás, se trata del primer Mundial que se disputa en un continente distinto a Europa y América (Asia) y el primero también que se celebra en dos páises diferentes (Corea del Sur y Japón). Todo a partir del 31 de mayo y hasta el 30 de junio. Un mes de fútbol que se eleva a la condición de cita deportiva más importante del año.