De Carabanchel

Soy una vecina del barrio de Carabanchel Alto. Vivo en la calle de Albox, que hace tiempo no era más que una calle cortada al tráfico, pero que ahora está surcada por una autovía de tres carriles en cada sentido, que ocasiona unos ruidos terribles, día y noche.

Pero el motivo de mi carta es para pedirle que, por favor, se haga eco en su periódico de la situación tan injusta y desconsiderada que estamos viviendo los vecinos del barrio por causa de la gasolinera que están construyendo a menos de 15 metros de nuestras casas.

Nuestras casas vibran con fuerza, día y noche, como si fueran a resquebrajarse. En estos momentos tiembla hasta el ordenador con que le escribo. Han cortado los árboles que plantamos con tanto esfuerzo hace 20 años, cuando llegamos a la colonia.

Nadie nos asegura que no correremos peligro de contaminación cuando el negocio de tan grandes dimensiones se ponga en marcha.

Llamamos a la Policía Municipal cuando comenzaron a cortar los árboles y, por lo visto, tenían autorización. Pero digo yo: ¿cómo pueden autorizarse construcciones de estas dimensiones con el peligro que entrañan para los vecinos a una distancia tan corta de las viviendas?-