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Pomés asume personalmente los errores durante el temporal, pero descarta dimitir

El consejero de Interior anuncia un plan de emergencias específico para nevadas

El consejero de Interior, Xavier Pomés, asumió ayer todos los fallos que cometió el Gobierno catalán durante el temporal de nieve que azotó Cataluña este mes de diciembre, pero precisó que error no es sinónimo de negligencia, por lo que sus responsabilidades políticas terminaron ayer con su comparecencia urgente en el Parlament. Por tanto, ni dimitirá ni destituirá a ningún responsable de su departamento. Pomés se limitará a corregir los errores y a elaborar un plan de emergencias específico para nevadas. Los socialistas le reclamaron mano firme en casos de emergencia.

Pomés se presentó en el Parlament en clara actitud dialogante y dispuesto a convertirse en diana de los dardos de la oposición. Las críticas le habían llovido de todas partes y no pudo menos de reconocer los fallos que cometió su departamento para paliar los efectos de la ola de frío y nieve. Pomés admitió que los servicios de emergencia se vieron colapsados y rozaron el caos durante 18 horas, desde el viernes hasta la mañana del día 15; que los teléfonos de ayuda al ciudadano no funcionaron correctamente y dejaron miles de llamadas por atender; que la información ofrecida a los ciudadanos fue poco convincente; que los Mossos d'Esquadra dieron mensajes erróneos por culpa de sus mandos; que hubo descoordinación para limpiar las carreteras, y sobre todo que le faltó decisión y coraje para cortar el tráfico en ciertas carreteras, en especial la N-II.

Ni para Pomés ni para Convergència i Unió son suficientes motivos para que algún miembro del Gobierno asuma políticamente esta retahíla de errores. El parlamentario Daniel Sirera, del PP, le preguntó hasta dónde alcanzan, entonces, estas responsabiliddes. El consejero de Interior le respondió que al tratarse de errores, y no de actuaciones negligentes, tan sólo deben corregirse, y descartó su dimisión.

El Departamento de Interior, anunció Pomés, elaborará un plan de emergencias de carácter específico para este tipo de nevadas que, dijo, tan sólo se dan cada 15 o 20 años. El consejero se negó a reconocer que se trataba de un temporal ampliamente anunciado y manifestó que la información de que disponía su departamento se limitaba a precipitaciones de nieve en Girona, la costa y el prelitoral. Nada más. Por este motivo, ante la envergadura del temporal -por su excepcionalidad y extensión-, los servicios de emergencia se vieron desbordados hasta el sábado día 15 a media mañana. Posteriormente, se replantearon las operaciones y los planes de actuación, y se pudieron afrontar las consecuencias del temporal. En ningún caso, aseguró, rechazó la ayuda de otras administraciones o del Ejército.

El consejero evitó culpar a otras administraciones del caos, y también a los ciudadanos, contrariamente a lo que hizo en medio del temporal, pero dijo sentirse dolido por algunas críticas recibidas estas semanas cuyo objetivo, manifestó, 'tan sólo era erosionar al Gobierno catalán'.

Soledad del consejero

La oposición intentó hurgar en la presunta soledad de Pomés en el seno del Ejecutivo de Jordi Pujol y en la falta de apoyo que tuvo durante el fin de semana del temporal de otros departamentos de la Generalitat. En especial, la desobediencia del conseller en cap, Artur Mas, de circular por las carreteras catalanas y desplazarse la noche del viernes a Vilassar de Mar para participar en una fiesta en una discoteca.

Antoni Siurana, del PSC, reclamó a Pomés más autoridad en sus decisiones para 'poner firmes' al resto de las administraciones y a las concesionarias de autopistas en casos como el vivido durante la ola de frío. Y le dijo que su 'carácter de buena persona, honesto y trabajador, no es cualidad suficiente para ser consejero de Interior'. Siurana le espetó que todos los consejeros hubieran tenido que actuar durante aquel fin de semana con la 'seriedad del presidente, que el viernes, a las 23.30, después de regresar de Perpiñán, ya estaba trabajando en su despacho'.

Daniel Sirera (PP) reclamó el cese de los responsables de Interior encargados de la información ciudadana y acusó al Gobierno de actuar con 'poca destreza, a remolque de los acontecimientos, de manera reactiva y no preventiva'. Para el PP, lo sucedido fue un caso 'gravísimo de responsabilidad política', y esta formación reclamó a Pomés que presente ante el Parlament en febrero el plan de emergencias para casos de nevada.

Joan Ridao, de Esquerra Republicana, se lamentó de la 'pérdida de pulso político' del Ejecutivo de Convergència i Unió pues, en su opinión, si Jordi Pujol continuara coordinando el Gobierno, 'no le habrían dolido prendas para calzarse las botas y desplazarse hasta el túnel del Bruc'. Según Ridao, hubo una grave falta de previsión por parte de Interior: 'Fue un fenómeno tan excepcional como previsible'.

Para Rafael Ribó, de Iniciativa-Verds, el caos de ese fin de semana demostró que el Gobierno 'no está preparado para afrontar situaciones de emergencia'.

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