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Granada: un paseo por la infancia

Algún día, los ordenadores de hoy y sus complejos programas de juegos informáticos resultarán tan simples e inocentes como los mecanismos que, hace un siglo, hacían picotear el suelo a un pollito de hojalata o mover los ojos de una muñeca. Los juegos de Nintendo o Gameboy despertarán la misma nostalgia melancólica con que hoy los ancianos miran los caballitos de madera y los cuarentones recuerdan sus primero Scalextric.

Los granadinos pueden darse estos días un paseo por la nostalgia de su infancia en la exposición que se ha abierto en el Centro Cultural de la Fundación de la Caja General de Ahorros de Granada, en la calle San Antón, y en la que se exhiben juegos y juguetes desde comienzos del siglo XX hasta hace treinta años.

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Fabricantes de ilusión

Coches, trenes y barcos de latón, muñecas de trapo, mecanos, castillos hechos de recortables de papel y hasta un juego de lotería que era una especie de precursor del monopoly o el palé pueden contemplarse en una antología de objetos que avivarán más de un recuerdo entre los mayores.

La exposición, montada con fondos del Museo del Juguete de Cataluña, en Figueres, estará abierta hasta el 31 de enero del 2002 y es toda una muestra de cómo evolucionaron los objetos que en su día despertaron los sueños y las ilusiones de los niños.

Hay piezas que fueron una auténtica sensación en su momento, como el mago electrónico, un prodigioso invento en el que un muñeco metálico imantado siempre señalaba de forma inconcebible la respuesta correcta en un panel circular de preguntas, o el cine Mickey, de 1930, en el que los niños podían ver sus propias películas hacia adelante y hacia atrás.

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La muestra es un muestrario de recuerdos. Una muñeca de Betty Boop de 1930 debe andar aún por la memoria de mujeres que hoy rondan la setentena, o un coche Citröen, el famoso Tiburón, puede despertar arrebatos de nostalgia a los cuarentones. La exposición es, sobre todo, un paseo por la infancia.

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