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LO MÁS ÚTIL | EL VIAJERO HABITUAL

El largo vuelo de las maletas

Isidoro Merino

Pocos conocen las peripecias por las que pasan las maletas desde que desaparecen (a veces para siempre) por la cortinilla del mostrador de facturación hasta que son recogidas en el aeropuerto de destino. Un largo y proceloso camino por cintas transportadoras, escáneres y controles de seguridad, remolques y bodegas de carga, en el que no siempre son tratadas con el cuidado que sus propietarios querrían: los operarios de handling suelen trabajar con prisas y pocos miramientos al manipular el equipaje. Diez recomendaciones para que éste llegue a su destino sin contratiempos:

1. No poner botellas ni objetos frágiles sin embalar.

2. No dejar sueltas las correas de los bolsos de viaje: se pueden enganchar en las cintas transportadoras (que no se detienen).

3. No sobrecargar las maletas: pueden reventar al caerse desde los remolques de carga y desparramar su contenido.

4. Poner candados en los cierres de cremallera. Los objetos de valor, como ordenadores personales o cámaras, deben ir como equipaje de mano; si tiene que facturarlos, colóquelos en el interior de la maleta, nunca en los bolsillos laterales, y anote los números de serie.

5. Mejor una maleta rígida que una flexible, más apropiada para el maletero de un coche que para el avión. Sobre todo en vuelos con escala o destino en países con un alto índice de pobreza, donde la tentación de hacer un corte y quedarse con alguno de los objetos que contiene puede ser más fuerte. Un buen truco para evitar robos es colocar el bolso de viaje dentro de una maleta ajada poco atractiva. Los embalajes de plástico y flejes que facilitan en algunos aeropuertos son también una forma eficaz de protección, pero con las nuevas medidas de seguridad pueden obligarle a identificar y abrir su equipaje a pie de pista, con lo que la precaución no habrá servido de nada.

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6. Al igual que el equipaje de mano, el facturado pasa por un control de rayos X. Respete las recomendaciones de AENA respecto a contenidos peligrosos (líquidos inflamables, disolventes...), y, como en el bolso de cabina, no coloque objetos que puedan llamar a confusión: si los servicios de seguridad del aeropuerto detectan alguna forma sospechosa pueden agujerear la carcasa para meter una sonda o forzar la cerradura de la maleta. No facture ni transporte consigo ningún bulto de personas desconocidas.

7. Retire los antiguos marbetes de facturación, que pueden confundir al personal del aeropuerto y hacer que su equipaje acabe en Cancún, y usted, en Roma.

8. Identifique la maleta con una etiqueta donde aparezca su nombre completo y un teléfono de contacto, pero no su dirección, que podría invitar a algún caco a hacer una visita a su casa mientras usted está fuera.

9. La compañía aérea es responsable del daño o perjuicio del pasajero y de sus pertenencias. En caso de deterioro, retraso o pérdida de equipaje, hay que comunicarlo en el mostrador de la aerolínea y presentar una reclamación por escrito. Salvo declaración expresa de valor de contenido, el límite por pérdida es de 682,15 euros (113.500 pesetas) por unidad para los vuelos nacionales y de 24,04 euros (4.000 pesetas) por kilo para los internacionales.

10. Vaya preparado para los posibles inconvenientes: lleve siempre una muda y los útiles de aseo en el equipaje de mano por si su maleta se extravía.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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