Los socialistas se inclinan por la autonomía del Sáhara
Desde que desencadenó la crisis diplomática con España, hace ya un mes y tres semanas, Marruecos ha conseguido al menos uno de sus objetivos: que el Gobierno y la oposición socialista pongan más el énfasis en la opción autonómica para solucionar el conflicto del Sáhara que en el referéndum de autodeterminación.
Desde la pasada primavera la diplomacia marroquí ha desechado el referéndum, previsto desde 1991, para apostar por un plan de autonomía para la antigua colonia española en el marco del Reino de Marruecos. Argelia y el Frente Polisario descartan esta solución.
La propuesta de autonomía ha sido elaborada por el ex secretario de Estado norteamericano James Baker, con sugerencias transmitidas por Rabat. Fue sometida en junio al Consejo de Seguridad pero el máximo órgano de la ONU no la endosó tal cual. Alentó a las partes a negociar esa vía pero reiteró también que el referéndum sigue siendo una alternativa válida.
El respaldo matizado dado por la ONU a Baker, junto con el apoyo explícito de Francia, y velado de EE UU, a la autonomía del Sáhara han incitado al rey Mohamed VI a declarar en septiembre que había 'resuelto el problema del Sáhara' y a pedir a los que aún son reticentes que secunden esa iniciativa.
Tras su llegada al poder en 1982 el PSOE se fue olvidando de su apoyo casi incondicional al Polisario y se alineó al cien por cien con la postura de la ONU, una conducta que mantuvo cuando regresó a la oposición en 1996. Su postura era idéntica a la del Gobierno del Partido Popular.
La crisis desatada por el monarca alauí, con la llamada a consultas de su embajador en Madrid, no le ha hecho cambiar radicalmente de orientación pero sí poner ahora el énfasis en el plan Baker a pesar del rechazo que suscita por parte del Argelia y de los independentistas saharauis.
La primera en adentrarse por esta vía fue la secretaria de relaciones internacionales del PSOE, Trinidad Jiménez, quién a mediados de noviembre instó al Polisario a 'otorgar una oportunidad' a la llamada tercera vía. Días después, el presidente del PSOE, Manuel Chaves, se pronunció en los mismos términos.
Con motivo de su visita a Rabat, a principios de semana, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, repitió hasta la saciedad que la iniciativa de la ONU 'se merece una oportunidad'. Preguntado sobre si, en caso de fracaso de la tercera vía, debería reactivarse el referéndum como preconiza la ONU, el líder socialista rehusó contestar.
Postura valiente
Aunque no llegó a pronunciar en público las palabras 'plan Baker', los interlocutores marroquíes de Rodríguez Zapatero agradecen ese acercamiento a su posición. 'Es una postura muy valiente porque va en contra de la tesis del Frente Polisario', recalcaba ayer el diario L'Economiste de Casablanca.
Esta inflexión de la postura de la dirección del PSOE no se digiere fácilmente entre sus bases. Prueba de ello es que un puñado de diputadas socialistas forman parte de un intergrupo parlamentario que someterá al pleno del Congreso una proposición no de ley pidiendo al Gobierno que impulse el plan de arreglo, es decir, el referéndum.
Josep Piqué, ministro de Exteriores, y Pío Cabanillas, portavoz del Gobierno, han ironizado sobre la 'única novedad' del viaje de Rodríguez Zapatero: su cambio de actitud respecto al Sáhara. La evolución del Gobierno sobre esta cuestión ha sido, sin embargo, paralela a la del PSOE.
'El referéndum del Sáhara es imposible y hay que buscar una salida para todas las partes', declaraba el propio Piqué, en noviembre, en una entrevista a La Vanguardia que la prensa marroquí interpretó también como un esbozo de rectificación de la posición oficial española.
Pero el Ejecutivo tampoco es del todo coherente. Con tal de llevar la contraria al líder socialista, Pío Cabanillas acabó afirmando ayer, según la agencia Efe, que el Gobierno mantenía su respaldo al plan de arreglo, es decir, al referéndum.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.