Microsoft entra en el negocio de la TV por cable al apoyar la compra de AT&T Broadband por Comcast
Estados Unidos tiene un nuevo gigante de la comunicación y el entretenimiento con la adquisición de AT&T Broadband, líder de la televisión por cable, por parte de Comcast, hasta ahora número tres del sector. La fusión crea un grupo con 22,2 millones de abonados -casi el doble que su inmediato rival, AOL Time Warner- en una operación financiera valorada en 72.000 millones de dólares, la mayor del año en EE UU. La transacción da entrada en la televisión por cable a Microsoft, que apoyó financieramente la candidatura de Comcast.
Lo que hace un par de décadas era un paisaje plagado de distribuidores de televisión por cable en Estados Unidos queda ahora reducido a cinco grandes agentes que controlan el 80% del mercado. Comcast empezó con los demás cuando Ralph Roberts padre cerró su negocio de fabricación de cinturones para dedicarse a la distribución del cable. Ahora, su hijo Brian, de 42 años, ha rematado la ascensión con la compra de AT&T Broadband, en una operación en la que ha ofrecido 47.000 millones de dólares en nuevas acciones, asume 20.000 millones de deudas de AT&T y agrega los 5.000 millones en derechos accionariales que Microsoft tenía vinculados a AT&T, ahora convertidos en acciones de pleno derecho de la nueva AT&T Comcast.
Comcast adquiere también el 25,5% de participación de AT&T en Time Warner Entertainment (diversos sistemas de cable, el canal de televisión HBO y los estudios de la Warner), que AOL Time Warner lleva tiempo tratando de desvincular de AT&T.
El aspirante Comcast, con 8,4 millones de abonados, lanzó una OPA hostil en julio, inicialmente rechazada por AT&T, por insuficiente en términos económicos y por la distribución accionarial. AT&T se vio obligada a aceptar ofertas de otros aspirantes, entre ellos de AOL Time Warner, y tras cinco meses de discusiones ha acabado por aceptar la modificada de Comscast, ligeramente más generosa en dólares y con algunas concesiones en accionariado que revelan la agudeza de la familia Roberts: con el 1% de participación económica controlará el 33% del voto, lo que de hecho le da capacidad de veto al estar el resto repartido entre millones de inversores.