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El Ayuntamiento de Barcelona varía tres veces el trazado del Trambaix

La empresa espera a saber por dónde pasará la línea para hacer nuevas obras

Ahora aquí, ahora allá, y ahora, más allá. Esa ha sido la política del Ayuntamiento de Barcelona respecto al trazado del tranvía del Llobregat a su paso por la zona universitaria de la Diagonal. En tres meses, el consistorio ha defendido otras tantas opciones. Ayer, la empresa que lo construye permanecía a la espera de que el proyecto definitivo sea aprobado por la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM). Hasta que se sepa por dónde tiene que pasar el tranvía, la empresa no puede, afirman sus responsables, iniciar las obras.

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La calzada lateral de la Diagonal entre las calles de Martí i Franqués y Gregorio Marañón está llena de farolas. Esperan ser restauradas o recolocadas donde tengan que ir. Hoy por hoy, nadie lo sabe. Al menos con seguridad. El espacio está vallado y tiene placas identificativas de la UTE que construye la línea del tranvía, aunque 'no se han empezado las obras porque no hay proyecto aprobado todavía', se apresuran a aclarar portavoces de la empresa Trambaix. 'El Ayuntamiento autorizó a utilizar ese espacio para almacenar, momentáneamente, las farolas sacadas para la obra de la Diagonal, y eso es lo que se ha hecho', puntualizan desde Trambaix.

Las obras no han empezado porque en los últimos tres meses la ATM y la empresa han aguardado a que el Ayuntamiento definiera el trazado de la línea del tranvía. El aprobado inicialmente dibujaba el acceso a la Diagonal por la calle de Martí i Franquesa, a la que llegaba desde L'Hospitalet por las avenidas de Xile y Gregorio Marañón, y la calle de Pau Gargallo. Ese recorrido fue descartado porque la Facultad de Químicas alegó que las vibraciones del tranvía afectarían a unas balanzas de precisión. Una explicación que algunos ingenieros consideran peregrina porque, opinan, es más fácil trasladar unas balanzas que la línea de un tranvía. El Ayuntamiento aceptó la alegación de Químicas y propuso desplazar la línea hasta la calle de Adolf Florensa. El tranvía ocuparía así un tramo más de la Diagonal, entraría por esta calle y la seguiría hasta conectar con Gregorio Marañón para dirigirse hacia la avenida de Xile. Este plan fue aprobado por el municipio por escrito el 4 de octubre.

Cinco días más tarde, el 9 de octubre, el consistorio comunicó a la ATM, también por escrito, que se descartaba la opción de la calle Adolf Florensa y que prefería que el tranvía recorriera un tramo más de la Diagonal para conectar directamente con Gregorio Marañón.

En ese momento, la ATM decidió pedir a la empresa que realizara un proyecto antes de dar el aprobado definitivo. Entre otros motivos porque las variaciones en el trazado inicial pueden suponer cambios en el presupuesto que casi siempre caen a favor de quien hace las obras. Este proyecto aún no está terminado o, cuando menos, no ha sido presentado a la ATM. Es decir: nadie sabe con exactitud por dónde entrará el tranvía en Barcelona. Y eso con la Diagonal patas arriba y el consiguiente enfado de los ciudadanos afectados.

Esta misma semana, la ATM ha recibido una comunicación del Ayuntamiento de Barcelona. El escrito asegura que el recorrido definitivo será Gregorio Marañón, avenida Xile y camino de Torre Melina, para conectar con la carretera de Collbanch y dirigirse hacia Espluguesy Cornellà.

Esta era la opción defendida por el distrito de Les Corts y recogida en el Plan Director de la Diagonal, cuyo nombre no gusta a casi nadie. El Ayuntamiento ya ha decido llamar a este plan 'Portal del Conocimiento'.

La redacción del plan director ha sido una de las causas de los cambios de opinión de los técnicos municipales respecto al trazado del tranvía. Buscaban la fórmula de conjugar el trazado del tranvía con la apertura de un nuevo vial para descansar de tráfico a la Diagonal. Esta vía podría ser Pau Gargallo, situada detrás de las facultades que dan a la Diagonal.

Pero Gregorio Marañón es una vía de tráfico denso para salir de la Barcelona en dirección hacia la A-2, de forma que no se le pueden restar demasiados carriles, opinan los técnicos municipales. La empresa entregará hoy el proyecto definitivo (nadie de la ATM ha visto aún dibujos y sólo se tienen noticias verbales). Supone suprimir la zona de aparcamiento situada frente a los edificios universitarios. Todas las fuentes consultadas aseguran que no se tocará la acera, pero el aparcamiento mide menos de los 6,5 metros que exige el tranvía. Así que o se reduce la acera, una decisión contraria a la filosofía que inspira el tranvía, o se reduce la calzada destinada a coches. La posibilidad de que el tranvía pasara al lado del Club de Polo ha sido descartada. La solución de Gregorio Marañón tiene otra oposición: la de los vecinos.

Los problemas del tranvía en esta zona se suman a los que provoca su paso por la Diagonal al cruzar las calles de Numància, Entença y avenida de Sarrià. Tampoco en estos casos hay una solución definitiva y se barajan varias opciones, incluida la construcción de túneles para el tráfico privado.

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