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La sonrisa helada de Arafat

El líder palestino intuyó que se iba a borrar la simpatía hacia su causa

La calle palestina festejó con alegría el atentado del 11 de septiembre contra Estados Unidos, mientras al presidente Yasir Arafat se le helaba el rostro. En un instante Arafat adivinó que la situación iba a dar un giro y volatilizar el apoyo y la simpatía internacional que había logrado la causa palestina tras un año de sangrienta Intifada, que por aquella época se había cobrado ya más de 700 víctimas.

El alborozo de la población en Cisjordania y Gaza por el atentado hizo recordar a Yasir Arafat el error táctico cometido 10 años atrás, cuando a raíz de la guerra del Golfo, se colocó al lado del líder iraquí Sadam Husein frente a la coalición internacional y provocó una catarata de represalias, que empezó por la congelación de las ayudas económicas de las monarquías petroleras y la expulsión de millares de trabajadores palestinos de Kuwait.

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CRONOLOGÍA

Mientras Yasir Arafat trataba de borrar con toda la fuerza y brutalidad de su policía las imágenes de una población celebrando los atentados en las calles de Jerusalén, las facciones palestinas se radicalizaban e impulsaban un cambio en su iconografía doméstica. Descolgaban de las paredes los retratos del presidente para colocar en su lugar el del nuevo líder: Osama Bin Laden.

Los esfuerzos de la Autoridad Nacional Palestina intentando establecer una nueva estrategia culminaron 15 días después de los atentados de Nueva York y Washington. Cuando el 26 de septiembre Arafat pactó un alto el fuego, pidió por primera vez a las fuerzas palestinas la congelación de la Intifada y ordenó frenar las operaciones de los comandos suicidas, consciente de que la lucha no podía continuar sin la simpatía y el apoyo internacional.

La nueva estrategia de Arafat no ha conseguido por ahora convencer a la mayoría de los palestinos, que se han sumido en un doloroso debate interno y se han colocado a las puertas de un enfrentamiento civil. Las formaciones radicales como Yihad Islámica y Hamás han anunciado ya que no aceptarán interrumpir los combates y que desobedecerán al presidente.

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La derecha israelí, opuesta al proceso de paz y defensora de una solución bélica, se ha beneficiado del cambio de situación. Altos responsables del aparato de seguridad de Israel coinciden en valorar que el 11 de septiembre 'fue como un milagro'. Así lo escribe Aluf Benn el 18 de diciembre en el diario israelí Haretz: El 11 de septiembre 'se produjo en un momento de presión internacional indescriptible y mientras la causa palestina avanzaba con plena fuerza'.

Efraim Halevy, responsable de los servicios secretos del Mossad, ha asegurado que el 11 de septiembre sirvió para recolocar a Israel en el 'campo políticamente correcto' y situarlo estratégicamente junto a Estados Unidos. A cambio, provocó el desconcierto del mundo árabe.

Israel, amparado en el 11 de septiembre, prosigue una ofensiva y trata de desnudar de contenido político a la lucha por la independencia de Palestina, que dura más de 50 años.

Niños palestinos prueban sus armas de juguete a las afueras de Jerusalén Este.
Niños palestinos prueban sus armas de juguete a las afueras de Jerusalén Este.AP

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