El juez clausuró Xaki, Ekin y Haika entre marzo y mayo
El llamado entorno de ETA, la constelación de organizaciones que gira sobre su centro de gravedad, ha padecido un año negro, marcado a golpe de autos por el juez Baltasar Garzón. La ilegalización de Gestoras pro Amnistía es, por el momento, el último cataclismo de los satélites de la organización terrorista. Pero ha habido otros tres.
- Xaki. El 13 de marzo, Garzón formalizó la clausura de la Asociación Europea Xaki, el ministerio de Exteriores de ETA, como lo denomina la propia banda. Según el juez, Xaki era 'una organización integrada en ETA y creada por ésta con cobertura formalmente legal' pero que responde 'a una estrategia preestablecida de la organización terrorista que la utiliza como cobertura o tapadera de su verdadera actividad', que es la de dar vida a la comisión de relaciones internacionales de ETA. Las actividades de Xaki, su estructura y sus integrantes son decididos directamente por ETA o le son consultados y comunicados.
- Ekin. Fue un día extraño en la Audiencia Nacional el pasado 4 de abril. Ese día, mientras el juez Baltasar Garzón decidía ilegalizar la organización Ekin, el supuesto aparato político de la banda, 'por ser parte integrante de ETA', dos de los tres magistrados de la Sección Cuarta de lo Penal decidían excarcelar a siete de los 14 inculpados en el caso al no encontrar pruebas que vinculasen a Ekin con la banda. Para Garzón, no había duda de que Ekin era una creación de ETA a través de la cual controla los aspectos financieros y económicos del entramado, dirige las campañas de desobediencia civil y la kale borroka y manda sobre el conjunto del llamado Movimiento de Liberación Nacional Vasco.
- Haika. Garzón estampó su firma sobre el auto de ilegalización de la organización juvenil Haika un 10 de mayo. El juez acusaba a esta organización, sucesora de Jarrai, de ser un 'apéndice' integrado en la estructura de ETA, encargada de poner en práctica la violencia callejera y de servir de 'cantera' a la banda. Según el auto de 60 folios, Jarrai-Haika integra, junto con ETA, KAS, Ekin y Xaki, una 'única y compleja organización terrorista en la que la vanguardia armada es ejercida por ETA'. En ese entramado, Jarrai-Haika 'ejecuta, a través de sus responsables, las formas complementarias de lucha armada: kale borroka, grupos Y de apoyo a ETA...'. Garzón explica que mientras ETA se reserva el 'núcleo del conflicto', Haika actúa sobre la 'periferia del conflicto', es decir, sobre el conjunto de la sociedad, aplicando la 'socialización del sufrimiento', que consiste en extender a todos los ciudadanos, mediante la lucha callejera, los efectos de un supuesto conflicto político.
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