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Un padre mata con una escopeta a su hija en Torremolinos y luego intenta suicidarse

El parricida fue intervenido en el Carlos Haya y su estado es grave

Un hombre de 66 años mató a su hija de 26 a última hora del martes en Torremolinos y luego intentó suicidarse disparándose en la boca con la misma escopeta que utilizó minutos antes para cometer el crimen. El parricida fue intervenido en la madrugada de ayer en el hospital Carlos Haya y su estado es grave. La única explicación que encuentran la policía y los vecinos es que el padre atravesara una depresión tras la reciente muerte de su esposa, ya que quienes conocían a la familia coincidían en que era 'ejempar y bien avenida'.

El parricidio tuvo lugar sobre las diez de la noche en una modesta vivienda de la urbanización El Pinillo de la localidad malagueña. Según informaron fuentes policiales, María Francisca Z.G murió en el acto como consecuencia del disparo que le descerrajó su padre, Antonio Z.G.

Uno de sus hijos alertó a los servicios de urgencia y a la policía, pero cuando los médicos llegaron únicamente pudieron certificar la muerte de la joven. Fue encontrada en uno de los dormitorios de la vivienda, sentada en el suelo y echada sobre un armario. En la misma habitación, junto a la cama, estaba su padre, vivo, pero con el rostro destrozado por el disparo con el que había intentado acabar con su vida.

El parricida fue trasladado inmediatamente al hospital Carlos Haya y tuvo que ser intervenido de urgencia durante la madrugada dado que las heridas afectaban a 'todo el macizo facial' .El parte médico indicó que su estado es grave, ya que sufre traumatismo craneo-facial severo y precisa ventilación asistida. No obstante, el herido está consciente.

No está claro si los dos estaban solos en el piso cuando se produjeron los hechos, ya que mientras fuentes policiales indicaron que los cuerpos fueron encontrados por el hijo menor al llegar a la vivienda; otra versión indica que el crimen estuvo precedido por una discusión y que se produjo en presencia de Juan José y Antonio, los dos hermanos de la víctima.

Los vecinos no salían de su asombro. 'Eran una piña, no me lo explicó', apuntó un joven que vive en el mismo bloque. La única explicación que aventuraban ayer tanto los vecinos como la policía es que el homicida padeciera una depresión como consecuencia de la muerte de su esposa el verano pasado como consecuencia de un cáncer.

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'Era una familia ejemplar y se llevaban estupendamente', acotó otra vecina. Un hombre que reside en el mismo bloque apuntó que desde que falleció la mujer, el parricida solía bajar al patio 'a las tres o cuatro de la mañana a fumarse un par de cigarritos'.

A mediamañana, mientras se practicaba la autopsia de la víctima, sus dos hermanos prestaban declaración en la comisaría de Torremolinos. Fuentes policiales dieron ayer el caso casi por cerrado ya que aunque lo calificaron de 'lamentable' apuntaron que era 'un homicidio más, sin aparentemente nada raro detrás'.

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