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El Ayuntamiento renuncia a construir el 20% de los aparcamientos previstos

El PSOE considera 'inconcebible' que el municipio 'sufrague' a las empresas constructoras

Antonio Jiménez Barca

Desde hace cinco años, el ritmo de la construcción de aparcamientos para residentes en Madrid disminuye. De hecho, desde 1997, el 20% de los estacionamientos (ideados en 1982 para dejar libre la calle de coches) no se construye; o bien porque la empresa que los promueve no encuentra después los clientes necesarios para que salga rentable el negocio o bien porque ni siquiera hay empresas que se muestren dispuestas a construirlos, dado el poco margen de beneficios que suponen. En los últimos cinco años se han construido, o están en proceso de construcción, 50 de estos aparcamientos, cuando estaban previstos 61.

Un ejemplo: el pleno municipal de mañana declarará desierto el concurso para construir un aparcamiento en la plaza de Herradores (Centro), porque ninguna constructora se ha presentado a hacerlo. El concejal de Movilidad Urbana, Sigfrido Herráez, del PP, anuncia medidas para estimular la construcción de este tipo de estacionamientos o, al menos, aminorar el número de los que, una vez previstos, se abandonan.

Desde el año 2000, seis aparcamientos para residentes, que suman 1.135 plazas y que fueron previstos por el Ayuntamiento y adjudicados a una determinada empresa, no han sido construidos debido a que la constructora en cuestión solicitó posteriormente la rescisión del contrato y el perdón del aval. Argumentó que no encontraba clientes suficientes para hacer rentable el estacionamiento subterráneo que el Ayuntamiento le había adjudicado. Esto pasó, por ejemplo, en el proceso de construcción del aparcamiento para residentes de la calle de Hernández Requena (Usera). En un principio, la empresa adjudicataria, Bikami, SL, se comprometió a llevarlo a cabo. Pero después pidió la rescisión del contrato debido a que los vecinos que, al principio, aseguraban que iban a adquirir la plaza, posteriormente, a la hora de entregar parte del dinero (dos millones por plaza), se echaron atrás.

Bikami, SL, solicitó entonces, además de la rescisión de contrato, la devolución del aval de 14 millones que el Ayuntamiento le había exigido como garantía. El municipio, en contra del criterio del interventor municipal, Vicente Arnau, y del PSOE, accedió a devolver la fianza.

El concejal socialista Eugenio Morales critica que el Ayuntamiento no quiera cobrar el aval de 14 millones de pesetas a la constructora Bikami, SL, a pesar de que se comprometió a llevar a cabo el aparcamiento en la calle de Hernández Requena (Usera) y finalmente no lo construyó: 'El aval está para eso. Es inconcebible que el Ayuntamiento sufrague este asunto. Es un negocio privado entre una constructora a la que no le salen las cuentas y sus clientes', afirma. A juicio del edil, debería 'planearse mucho mejor la política de aparcamientos para residentes, a fin de que no ocurran estas cosas'.

Sigfrido Herráez, concejal de Movilidad Urbana, no está de acuerdo: 'Perdonar el aval es de sentido común: no se trata de perjudicar a una empresa que ha jugado de buena fe, que se ha fiado de unas previsiones de clientes que luego no se han hecho realidad', señala.

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Nuevas medidas

Para el futuro, el edil de Movilidad tiene previsto incorporar una serie de medidas para que esto no vuelva a pasar: 'Antes de adjudicar a una empresa un aparcamiento, se exigirá que ya posea una cartera de clientes que hayan ingresado en una cuenta parte del dinero de la plaza. De esta forma se evitará que las empresas se lleven sorpresas desagradables. Lo que falta por concretar es la cuantía de la suma que los residentes deben aportar', dice Herráez.

Desde 1999, en cinco ocasiones ni siquiera ha habido empresas interesadas en construir el aparcamiento proyectado. No es que se presenten y luego renuncien, sino que ni siquiera acuden al concurso. El último caso es el citado de la plaza de Herradores (Centro). El Ayuntamiento tenía pensado construir en esta plaza un aparcamiento robotizado, esto es, sin rampa de asfalto. En este tipo de estacionamientos los coches se colocan en un montacargas automático que les lleva a la planta deseada. Tienen una ventaja con respecto a los aparcamientos convencionales: ocupan menos espacio, algo que es muy apreciado por los técnicos municipales, sobre todo en el centro. Y un inconveniente: son más caros que los normales, casi cuatro millones por plaza.

El concejal de Movilidad lleva más de cuatro años prometiendo la construcción de aparcamientos de este tipo en distintos lugares del centro de la ciudad: en la plaza de Juan Pujol, al pie del Viaducto; en la plaza de la Provincia, y en la plaza de Herradores. Ninguno se ha hecho. Y el que, desde el punto de vista burocrático, iba más adelantado, el de Herradores, ha sufrido un parón al declararse desierto el concurso. El concejal Herráez considera que, para llevar a buen puerto este tipo de estacionamientos, 'será necesario que el Ayuntamiento subvencione el precio de cada plaza'. De cualquier manera, el edil de Movilidad no precisa a cuánto ascendería esa subvención: 'Tal vez a medio millón por plaza, que no es un precio disparatado', dice.

'Capricho'

Por su parte, el edil socialista Eugenio Morales considera que los aparcamietos robotizados 'son un capricho del concejal Herráez, que se ha empeñado en llevarlos a cabo cueste lo que cueste'. Herráez discrepa: 'Este tipo de aparcamientos, dado el poco espacio que hay en algunas áreas del centro de Madrid, es absolutamente necesario, tal vez la única posibilidad de que se puedan hacer aparcamientos. Yo he visto un estacionamiento robotizado en Vigo y puedo asegurar que funcionan muy bien', subraya.

Morales denuncia otro problema de los aparcamientos para residentes: las más de 2.000 plazas vacías que ahora existen. 'Es una falta de gestión que, mientras en la calle no hay sitio para aparcar, bajo la superficie haya plazas vacías', señala el edil.

Herráez contesta alegando que estas más de 2.000 plazas vacías que duermen en los aparcamientos para residentes 'son un problema, pero hay que ponerlas en relación con las 60.000 existentes que sí están ocupadas'.

El Ayuntamiento confía en que las plazas de aparcamiento -que ahora se adquieren por los residentes a modo de cesión (el suelo sigue siendo del Ayuntamiento)- se puedan vender como cualquier otra propiedad, lo que aumentará su demanda. Pero para esto aún faltan informes jurídicos que avalen la operación. 'Tal vez se haga a finales del año que viene', asegura Herráez.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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