Artes marciales para el clero anglicano
Un sindicato organiza clases de autodefensa ante el aumento de agresiones
A las palabras de paz, el clero anglicano va a añadir una técnica potencialmente más contundente: las artes marciales. Un estudio reciente desvela que los ministros y servidores de la Iglesia Anglicana son más vulnerables de sufrir agresiones físicas que médicos y supervisores de personas en libertad condicional. Entre los encuestados, uno de cada ocho confesó haber sufrido algún ataque inesperado.
El sindicato que los representa en su gran mayoría, el Manufacturing Science and Finance, MSF, ha ideado un método para combatirlo. Quiere poner en marcha un programa de clases de taekwondo, práctica coreana similar al kárate, para adiestrar al clero en las artes de autodefensa. El adiestramiento podría comenzar el próximo febrero.
'Se merecen poder cumplir su trabajo sintiéndose protegidos', afirma el líder del MSF
'Es un hecho triste de la vida moderna que miembros del clero entran en contacto con individuos que son propensos a recurrir a la violencia. La mayoría de los ministros no reciben ningún adiestramiento sobre cómo tratar a gente violenta, así que vamos a comenzar con nuestras clases de autodefensa y confiamos en que la Iglesia Anglicana siga nuestro ejemplo', declaró ayer el padre Bill Wrad, presidente de la sección del sindicato relacionada con el clero y empleados eclesiásticos.
Las agresiones proceden de los sectores más insólitos de la sociedad. Desde pobres que acuden a la sacristía en busca de una lismona hasta reconocidos parroquianos a los que se les niega celebrar una boda o un bautizo en la fecha preferida. Muchos de los ataques tienen lugar dentro de recintos sagrados y propiedades eclesiásticas. 'El clero vive en todas las partes de nuestras ciudades y pueblos, además de en zonas rurales. Ocupan vicarías en parajes aislados y se ven en situaciones en las que se convierten en objetivo simplemente porque abren las puertas a todo tipo de gente que llega en busca de ayuda', explicó por su parte el secretario nacional del MSF, Chris Ball.
Los entrenamientos comenzarán en febrero coincidiendo con una conferencia sobre niveles de violencia que sufren los hombres y mujeres que portan hábitos. Un instructor guiará a los primeros voluntarios por las distintas fases del programa, comenzando por métodos para calmar a los asaltantes hasta prácticas para contener arrebatos de violencia. En el proceso aprenderán llaves, movimientos y bloqueos de autodefensa y ataque.
El estudio del Royal Holloway College, de la Universidad de Londres, que se ha prolongado durante dos años, aportó resultados convincentes que ha motivado la intervención del sindicato. Entre los 1.300 miembros del clero entrevistados en la región del sureste de Inglaterra, incluida el área metropolitana de Londres, se descubrió que el 12% había sido asaltado, el 22% amenazado con violencia y el 70% sufrió abusos verbales. 'Las clases de autodefensa son un importante paso para ayudar a nuestros miembros a sentirse más seguros mientras cumplen sus rutinas diarias', defendió ayer Roger Lyons, secretario general del MSF.
El sindicato recuerda que los ministros anglicanos, sus asistentes y demás personal eclesiástico desempeñan un servicio vital para la comunidad. 'Se merecen poder cumplir su trabajo sintiéndose protegidos', insistió Lyons.
Entre los datos divulgados para justificar esta iniciativa figura que seis sacerdotes murieron por agresiones violentas a lo largo de los últimos cinco años y que los ataques van en aumento. Un caso que probablemente ha impulsado al sindicato a recurrir a las artes marciales es el de una vicaria de Coventry que el pasado febrero puso en fuga a un agresor gracias a que había tomado clases de autodefensa.
'Es una iniciativa importante y bien recibida por parte del clero ya que tratamos con frecuencia con individuos perturbados, que ven al clero como un objetivo fácil, y aprender a defendernos es algo razonable, que tenía que suceder', señaló Duncan Park del Ejército de Salvación.
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