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Fraga toma posesión entre las protestas de estudiantes y funcionarios

El presidente asegura que trabajará por Galicia 'rebuzne quien rebuzne'

Xosé Hermida

'Seguiré trabajando por una Galicia más grande, rebuzne quien rebuzne', clamó Manuel Fraga en medio de la barahúnda en que se había convertido ayer la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, donde el fundador del PP celebraba su cuarta toma de posesión como presidente de la Xunta. Fraga, siguiendo su costumbre, se había rodeado de 5.000 gaiteiros para un paseo triunfal por las calles de la capital gallega, pero no contaba con los centenares de estudiantes y funcionarios públicos que le increparon durante todo el recorrido y se mofaron a su paso haciendo el saludo fascista. Hubo seis detenidos y ocho heridos leves por enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.

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Fraga, de 79 años, vivió ayer una jornada emotiva, tensa y contradictoria. En la sede del Parlamento autonómico, arropado por todas las fuerzas vivas de la comunidad y por sus hijos y nietos, el fundador del PP juró su cargo en un ambiente de distensión política desconocido en Galicia. Hasta su más enconado adversario, el líder del Bloque Nacionalista Galego, Xosé Manuel Beiras, rompió su costumbre y asistió al acto. En su emocionado discurso, Fraga se lo agradeció 'muy especialmente', tanto a él como al líder socialista, Emilio Pérez Touriño, e insistió en sus promesas de diálogo con la oposición, a la que volvió a derrotar ampliamente en las elecciones del 21 de octubre.

Pero la bonanza institucional contrastó con la crispación que aguardaba a Fraga a la puerta misma del Parlamento y que le acompañó durante todo su paseo, escoltado por los gaiteiros, el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, y otras personalidades, hasta la plaza del Obradoiro. La extraña procesión recorrió algo menos de un kilómetro entre el ronquido de las gaitas, los vítores de algunos transeúntes y los gritos, las pancartas y los insultos de los manifestantes, delegados sindicales de la Administración pública que protestaban contra la congelación salarial y, sobre todo, estudiantes contrarios a la LOU.

Algunos jóvenes trataron de acercarse a Fraga, entre constantes forcejeos con el cordón policial y gritos de 'fascista' o 'cacique'. A su entrada en el Obradoiro, el presidente de la Xunta se topó con un escuadrón de estudiantes brazo en alto. Antes y después del paso de la comitiva, la policía cargó contra los manifestantes en diversos puntos del recorrido. Ocho personas, siete jóvenes y un policía, tuvieron que recibir atención médica. Durante el discurso de Fraga en la plaza, los gritos de los estudiantes volvieron a competir con el sonido de las miles de gaitas y se vivió algún sobresalto provocado por el lanzamiento de petardos.

Haciéndose oír entre lo que calificó de 'rebuznos', Fraga dijo a la multitud: 'Gracias, pueblo mío, gracias, por permitirme seguir sembrando, a los cuatro vientos de la galleguidad, un sentimiento de orgullo'.

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Manuel Fraga, emocionado, a la salida del Parlamento.
Manuel Fraga, emocionado, a la salida del Parlamento.ÓSCAR PARIS

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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