Motor eficaz y austero

El Terracan parece un todoterreno al estilo americano: funcionalidad familiar y mentalidad más de asfalto que de campo. Sin embargo, es un todoterreno de verdad, con chasis de vigas de acero, cambio con reductora y una posición de conducción alta que mejora la visibilidad. Y lo importante es que ofrece un servicio muy completo y sin grandes carencias a un precio ajustado.

Potente y elástico

Lo mejor de este coche es el motor 2.9 turbodiésel, con inyección directa, culata de aluminio de 16v., raíl común... Tiene 150 CV, una cifra alta, aunque menos importante que su buen rendimiento: responde con mucha fuerza desde casi 1.000 vueltas y llega hasta 4.500. Y sobre todo mueve con soltura las dos toneladas de peso, tanto en zonas lentas en el campo como en carretera: llanea bien y sube sin pereza gracias a la fuerza del motor y al escalonamiento del cambio, con unas marchas cortas que potencian su agilidad.

Los consumos son bajos para un 4×4 grande: menos de 10 litros a ritmos suaves y alrededor de 12 en ciudad y pistas de tierra. Y sólo la sonoridad no está a la altura: es rumoroso en carretera.

Pero tiene unos frenos correctos para lo que corre, aunque sin ABS de serie.

El comportamiento dinámico en asfalto no está tan logrado y tiene las carencias típicas de muchos 4×4: inercias y balanceo lateral en las curvas, tacto impreciso de dirección y cambio, y una conducción algo dura y cansada. Pero la estabilidad es correcta a ritmos tranquilos, aunque no da la sensación de aplomo y consistencia de los todoterrenos más modernos.

Propulsión trasera y 4×4 conectable

El sistema de tracción es sencillo y sin embargo ofrece buenos recursos para disfrutar fuera del asfalto. Normalmente circula en propulsión trasera, aunque permite conectar la tracción 4×4 a menos de 80 km/h. girando una pequeña rueda situada al lado del cambio. El nuevo Hyundai se defiende bien en las pistas de tierra, incluidas las más duras, aunque obliga a circular a ritmos lentos: las suspensiones no absorben bien los baches y provocan una comodidad inferior a la de otros rivales.

El Terracan incluye también una reductora con las marchas bastante cortas, que lo convierten, junto a la elasticidad del motor, en uno de los todoterrenos grandes más dotados para superar zonas difíciles y pendientes fuertes en el campo. Las limitaciones para moverse fuera del asfalto están en la altura al suelo y el tipo de neumático.