'La ONU no permite que el voluntario se use como recurso barato'

La vocación internacional de Alexandra Hunlund-Petitbo (Estocolmo, 1966) se percibe en una trayectoria vital que le ha llevado de Suecia a Alemania, pasando por EE UU, España y Brasil, entre otros países. Ahora, desde su oficina en Bonn, esta licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense dirige los programas que la ONU ha puesto en marcha en el Año Internacional de los Voluntarios que concluirá el 31 de diciembre. Doce meses que han sido, en su opinión, fructíferos, pues se ha logrado que hasta 150 estados respeten la labor de los voluntarios.

Pregunta. ¿Para qué sirve la celebración de efemérides como el Año Internacional del Voluntariado?

Respuesta. En principio, ha supuesto el reconocimiento internacional de esta labor; además, ha permitido la organización de los voluntarios en redes por todo el mundo, incluido Internet. Por último, hemos logrado la aprobación de dos resoluciones firmadas por la mayoría de la asamblea de la ONU muy importantes. La primera insta a los gobiernos a facilitar respaldo institucional, lo que supone desde infraestructuras hasta apoyo a los voluntarios después de su labor, cuando regresan a su país. Y la segunda, producto de esas redes que se han creado por todos los estados, obliga a los gobiernos a reconocer la voz de la sociedad civil. Por esto, el año 2001, es el comienzo de una nueva etapa.

P. El voluntario aparece muchas veces como mano de obra barata que se utiliza para limpiar las conciencias de los países ricos...

R. Es inevitable que haya países del Norte que utilicen su ayuda con este fin, para luego dar la espalda al mundo en los tratados importantes como el de Kioto. Pero, la ONU no permite que el voluntario sea utilizado como un recurso barato; se pide a cada gobierno que designe un fondo y cuántos voluntarios pueden trabajar para la ONU que luego decide su destino, que nunca será en oficinas de nuestra institución, sino que trabajará y vivirá con la comunidad correspondiente.

P. En los últimos tiempos abundan los cooperantes en regiones en conflicto. ¿Qué papel juega la ONU en su cobertura?

R. La persona que acude por iniciativa propia a una zona determinada es responsable de sí misma. La ONU facilita la salida de regiones en conflicto, pero si alguien quiere quedarse trabajando, nadie le obliga a dejar una población, aunque esté en riesgo. Voluntarios nuestros no han querido salir de zonas evacuadas con urgencia.

P. ¿Cuál es el ámbito de trabajo de los voluntarios de Naciones Unidas?

R. Estamos con unas 5.000 personas en todos los países en desarrollo (y no me gusta esta expresión), con oficinas de relación con los respectivos gobiernos. Entre estos estados hay también un intercambio de voluntarios, que siempre pueden entender mejor una realidad cercana.