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Reportaje:

El diario de Tutankhamón

Una muestra exhibe en Castellón las fotos que realizaron los descubridores de la tumba del faraón egipcio

María Fabra

24 de noviembre de 1922. Valle de los Reyes. Egipto. Orilla occidental del Nilo, frente a Karnak y a Luxor. Tras 16 años de exploración, cuando el arqueólogo Howard Carter, el noble Lord Carnarvon y el fotógrafo Harry Burton estaban a punto de abandonar, un último golpe de azada desveló el hallazgo de uno de los mayores descubrimientos de la historia de la arqueología, la tumba del faraón egipcio Tutankhamón.

Lord Carnarvon, coleccionista de antigüedades inglés, murió cinco meses después como consecuencia de la picadura de un insecto. Esta muerte fue el principio de toda una serie de especulaciones sobre una supuesta maldición atribuida al faraón. En 1929 ninguno de los principales miembros de la expedición, a excepción de Carter, seguía con vida. Y éste murió sin conocer los detalles de la vida y la muerte de Tutankhamón.

Carter escribió un diario durante la excavación en el que explica paso a paso cómo se llevó a cabo. Burton ilustró este diario con impresionantes imágenes tomadas a pie de sarcófago. El diario ha servido de base para la configuración de la exposición Tutankhamón. Imágenes de un tesoro bajo el desierto egipcio, organizada por la Fundació Caixa Castelló y producida por la Fundación Arqueológica Clos de Barcelona, abierta hasta el 30 de enero en la Sala San Miguel de Castellón.

Tutankhamón no fue el faraón más grande ni el más poderoso, sino más bien una figura de poca relevancia en el marco de los tres siglos de existencia de esta importante civilización. Sin embargo, la suya ha sido la única tumba real egipcia encontrada completa y prácticamente intacta, tal y como la dejaron los egipcios del año 1320 a.C. La muestra permite hacer un recorrido por toda la tumba, desde la apertura, por los cuatro espacios que la componen, hasta llegar a la cámara mortuoria, con un gigantesco féretro de más de cinco metros de largo y tres de altura recubierto en oro conteniendo sucesivos féretros que protegen el sarcófago real.

Después de una primera puerta tapiada, 16 escalones llevan a otra, relataba el diario, y así se ha plasmado en una gran maqueta. Sigue un pasadizo descendente, lleno de tierra y demoliciones y otra puerta, tallada en la roca, también tapiada, que permite el paso a la antecámara. Después de vaciar nueve metros del corredor, lleno hasta el techo de escombros, el equipo de Carter llegó al primer espacio de la tumba: la antecámara. Las imágenes muestran la cámara tal como fue encontrada, así como su vaciado. Además, las fotografías muestran la emoción en los rostros de los protagonistas que hasta ese momento sólo suponían que podían encontrar al propietario de la tumba: Tutankhamón. También muestran la apertura de los cuatro sepulcros dorados y de los tres ataúdes, así como el descubrimiento de la momia del faraón.

Después Carter encontró 'el más bello monumento' que nunca había visto: la capilla canópica. Dominando la estancia encontró también una majestuosa estatua del dios Annubis y centenares de objetos, que formaron finalmente 75 grupos de distintas piezas, básicamente funerarias. Dentro de una caja se encontraron dos pequeños ataúdes con los hijos del rey en su interior.

'Era el 3 de febrero cuando tuvimos por primera vez una clara visión de esta obra maestra sepulcral'; una visión que Burton plasmó en fotografías a través de las cuales, 80 años después, se puede descubrir el descubrimiento visto por sus protagonistas.

Una escultura de la exposición sobre Tutankhamón en Castellón.
Una escultura de la exposición sobre Tutankhamón en Castellón.ÀNGEL SÁNCHEZ

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