La unión europea, a través de la escuela
60 colegios e institutos de la región participan este curso en el programa Comenius de intercambio y colaboración
Conocer otros países, otras culturas, y desarrollar proyectos con estudiantes de Suecia, Holanda, Italia... y del resto de los países de la Unión Europea. ¿Qué alumno rechazaría una oferta semejante? Éste es el plan que posibilita la Comisión Europea de Educación con el programa Comenius. Se trata de fomentar la cooperación de profesorado y alumnado de centros no universitarios, públicos y privados, mediante el desarrollo de trabajos en los que intervienen chavales de diferentes países. Sólo en la Comunidad de Madrid hay unos 60 centros que realizan durante el presente curso proyectos Comenius.
La Comisión Europea y la Agencia Nacional Sócrates han expuesto estos días en la Semana Comenius los logros de los proyectos curriculares y lingüísticos de los centros implicados. Los actos se han celebrado en los 30 países que forman el espacio educativo común europeo. En Madrid, 13 centros anfitriones han recibido a representantes de otros 70 colegios de toda España para intercambiar experiencias.
La comunicación entre los centros se produce a través de Internet, el correo y, eventualmente, con viajes organizados
Los resultados del programa, al menos para los alumnos, están claros. Vanesa los explica entusiasmada: 'Viajar, conocer las costumbres de chicos como nosotros, hacer amigos, saber cómo trabajan ellos...'. Y luego, 'cuando acaba el intercambio y hay que volver a casa, a llorar', añade entristecida. Esta alumna del Instituto de Enseñanza Secundaria María Guerrero (900 alumnos), de Collado Villalba, acaba de pasar 15 días en Suecia junto a otros compañeros, todos con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años. 'Se lo recomiendo a todo el mundo, aunque tienen un carácter diferente al nuestro y son un poco fríos', comenta. Jesús Lozano, profesor del centro y coordinador del proyecto, asegura que 'merece la pena a pesar del trabajo extra que supone'. 'Es una experiencia inolvidable para todos', asegura.
El instituto María Guerrero se adhirió a un trabajo en el que alumnos españoles y suecos investigaban las salidas profesionales al acabar el instituto en los dos países. Como culminación, 10 alumnos de este instituto y otros 10 del Jaime Ferrán, también de Collado Villalba, visitaron a sus amigos de Suecia que habían trabajado con ellos. Se alojaron en el pueblo de Täby, a 20 kilómetros de Estocolmo.
Este año tienen previsto viajar en marzo a la ciudad de Imega, en Holanda. Los estudiantes holandeses, por su parte, llegarán a Collado Villalba en abril.
No todos los proyectos Comenius implican el intercambio con alumnos extranjeros. La sección denominada proyectos escolares consiste en realizar un trabajo conjunto con al menos tres países y conseguir unos resultados pedagógicos. Incluye el intercambio de profesores y, con carácter excepcional, el de dos o tres estudiantes de los centros.
La comunicación con las escuelas extranjeras asociadas se lleva a cabo por correo, Internet, vídeos... Uno de los problemas es el idioma. Aunque el programa intenta fomentar el estudio de otras lenguas, el inglés es el que arrasa. Un verdadero reto para algunos profesores y alumnos. Así lo explica la coordinadora del Comenius en un colegio del pueblo Los Palacios, de Sevilla, que expuso su trabajo en Collado Villalba: 'En nuestro pueblo no se daba importancia al idioma, y ahora hasta yo estudio inglés y me cuesta mucho'.
La entrada o no en el programa Comenius depende únicamente del profesorado de los centros. En ellos recae la mayor parte del trabajo y la decisión de implicarse en el proyecto. El educador puede proponer una idea nueva, para la que buscará socios de otros colegios europeos, o puede adscribirse a un proyecto que ya exista. Para ello, sólo tiene que ir a Internet, a la página de la Agencia Sócrates, introducir los datos del trabajo que quiere llevar a cabo y esperar a que interese a otros centros.
En un caso será él quien dirija la organización y en otro será un socio. Los trabajos son de lo más diverso: tecnologías, folclor, industria, informática, gastronomía, educación ... Después es preciso implicar, además de al alumnado, al resto del centro. 'Todos ayudan, porque preparamos actividades de todo tipo para cuando vienen a visitarnos nuestros socios europeos', subraya Jesús Lozano, coordinador del programa Comenius en el instituto María Guerrero de Villalba.
Agencia Nacional Sócrates. Paseo del Prado, 28, 8º. Teléfonos 91 5065685 / 89. www.mec.es/sgpe/socrates
Más horas de trabajo
El programa europeo Comenius recibe su nombre del teólogo, filósofo y pedagogo Jan Amos Comenius (1592-1670), nacido en lo que es hoy la República Checa. Comenius entendía la educación como el mejor vehículo para el desarrollo y conocimiento del ser humano. Y la Unión Europea ha decidido, más de tres siglos después, utilizar a este insigne personaje para identificar un programa que nace con la intención de potenciar la unión social de los diferentes pueblos de Europa. Entrar en un proyecto Comenius implica horas de trabajo extra para los centros escolares. En primer lugar, el coordinador decide si se adhiere a un proyecto que ya existe o bien desarrolla uno nuevo. Dado este primer paso, envía las directrices del trabajo a la Consejería de Educación de la Comunidad. La comisión de selección decidirá si la iniciativa se ajusta a los parámetros del programa. Si cumple los requisitos, el centro recibe el visto bueno y una subvención de la UE: un máximo de 4.500 euros (748.737 pesetas) por proyecto y año para los centros asociados a un proyecto que ya existe, y hasta 5.000 euros (831.930 pesetas) si el colegio ha propuesto una idea nueva. Una vez superada la parte administrativa, el coordinador presenta al alumnado del colegio el trabajo y son ellos los que deciden si participan o no. 'Aceptar implica dedicar horas extras a las múltiples tareas que tienen todos los días', advierte Jesús Lozano, responsable del Comenius en el instituto María Guerrero, de Collado Villalba. Para los profesores también significa un esfuerzo significativo, pero, aun así, todos se muestran satisfechos con la experiencia.
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