Palabras muertas

Se trata de preguntar a don Félix de Azúa acerca de su columna del pasado día 5. ¿Qué palabras se va a llevar el viento como palabras muertas?, ¿ésas tan recientes del 'lío de mucha gente'?, ¿o aquellas que citaba él mismo hace un tiempo de un campesino de Honduras, 'qué voy a hacer con los sentimientos durante lo que me reste de vida'? Posiblemente aún valgan ésas de 'ser un rojo' o 'compromiso intelectual'; ¿por qué vamos a enterrarlas y a darnos por muertos por creer en ellas? (Lo que quizás haya que hacer es revisar su validez de tiempo en tiempo). De hecho, las palabras pasan por el río, por el lavadero; algunas se arrastran enseguida, como hierbas secas, y otras quedan en el fondo, como las pepitas que buscaban en el viejo Oeste. Hay palabras de Borges, de Baroja, de Benet o de Garcilaso que quedarán siempre, aunque nadie lea La busca o las Églogas y parezcan palabras muertas. Pero también hay otras que son válidas durante un tiempo, aunque luego pasen; ¿cómo pensar que fueron vanas 'llibertat, amnistía i estatut d'autonomía'?, ¿y ésa de 'vanguardia del proletariado' no ayudó a muchos a sobrellevar la miseria (aunque fuese mentira objetiva)? También matizaría uno eso de que 'quien vive entre palabras muertas está muerto para todos menos para él y sus colegas...'. Una dosis de palabras vanas (o de tabaco) no mata, y a los asalariados nos es difícil eludirlas. Lo que mata es adaptarse a la rutina de las palabras rutinarias, a la rutina que no nos deja ver los versos de Garcilaso o las películas de John Ford.-