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Reportaje:

Un refugio en el parqué

Los ahorradores invierten en la Bolsa bonaerense, que gana un 20,1%, para librarse de los pesos

El último capítulo de la crisis argentina ha tenido efectos muy concretos sobre el mercado de valores español y sobre las compañías con grandes intereses estratégicos en aquel país. El hecho de que los ciudadanos argentinos estén encontrando en la Bolsa un recurso a sus problemas de liquidez ha ayudado mucho a los valores españoles, aunque el proceso resulte perverso en sí mismo.

Los posibles problemas de las empresas españolas en la zona se circunscriben a la propia recesión económica, que va a limitar la generación de beneficios, y, sobre todo, a una devaluación que cada día que pasa parece más cercana, aunque se siga negando esta posibilidad. Las negativas del FMI y del Banco Mundial a aportar más fondos han puesto al país al borde de la suspensión de pagos.

Dos días después de que Cavallo anunciara sus medidas, el índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires ganaba un 8,02%

Los dos grandes bancos españoles, BBVA y SCH, apostaron muy fuerte por Latinoamérica en un momento de expansión de la economía y con una importante acumulación de capital, fruto de varios años de grandes resultados. Las expectativas en la zona apuntaban alto, lo que llevó a los directivos del SCH a anunciar a bombo y platillo que hasta el 40% de sus beneficios procederían de aquella zona, lo que suponía alcanzar un alto nivel de rentabilidad en muy poco tiempo.

Unos meses después, las expectativas de beneficios de los dos grandes bancos para este año se han revisado a la baja, sin que se hicieran distinciones entre la marcha del negocio interno y el exterior. Todo parece indicar que la recesión económica va a ser más fuerte de lo esperado y que el beneficio final puede verse reducido nuevamente.

En cuanto a Telefónica, el deterioro de la economía en Latinoamérica, además de limitar sus beneficios, retrasará la entrada en rentabilidad de unas inversiones que, incluso en plena euforia económica, parecieron excesivamente caras. Repsol YPF se ve lastrada por la caída del precio del petróleo, y el endeudamiento efectuado para hacerse con el control de YPF, pero la disponibilidad de crudo ha supuesto una diversificación que permitirá a la compañía superar esta crisis sin grandes contratiempos.

El verdadero problema para todas estas empresas está en la posible devaluación del peso argentino -para Repsol YPF, el problema es menor al cobrar el crudo en dólares-, que limitaría aún más los menguados recursos que se obtienen de la zona. La prisa con la que los ciudadanos argentinos intentan transformar sus pesos en dólares es un indicador de la creciente posibilidad de una devaluación.

Algunos observadores afirman que el dispositivo para escapar a las limitaciones impuestas por el Gobierno argentino es tan sencillo como ajustar las operaciones a los valores que cotizan en Nueva York. Se compra en Buenos Aires y se vende en Nueva York, dejando el dinero en ese destino.

Así, la Bolsa de Buenos Aires recibió el último paquete de medidas económicas del Gobierno con una fuerte subida, es decir, aplaudiendo la medida, al menos aparentemente. Pero esta reacción no refleja la euforia de los inversores, sino su desesperación. Tras el congelamiento parcial de los depósitos y ante el temor de una devaluación, los ahorradores prefirieron deshacerse de sus pesos y comprar con ellos algún activo que aún tuviese cierto valor, sobre todo en el exterior.

Los argentinos suelen refugiarse en la compra de dólares. Así lo hicieron durante las décadas de permanente inflación y devaluación que precedieron al régimen que en 1991 ató el peso con el dólar. Frente al peligro de que se disuelva el sistema llamado de convertibilidad, los inversores se apresuraron a cambiar los pesos por dólares, pero rápidamente agotaron las divisas norteamericanas de la plaza. De ahí que hayan decidido librarse de la inestable moneda nacional mediante la adquisición de acciones, a pesar del riesgo que corren las empresas argentinas por una posible suspensión de pagos del Estado. La rápida subida de la Bolsa es una causa directa de la prisa con que están actuando los inversores.

Buen rendimiento español

El ministro de Economía, Domingo Cavallo, anunció el pasado sábado día 1 las medidas para frenar la fuga de depósitos, y dos días después la Bolsa de Buenos Aires registró un incremento del 8,02% de su índice Merval.

En contraste, el temor a una suspensión de pagos de la deuda pública argentina (132.000 millones de dólares) llevó a que la prima de riesgo país batiera una nueva marca: 40,20%.

El índice Merval subió el 20,1% durante esta semana, mientras los bonos argentinos siguieron cotizando con tipos de interés un 40% superiores a los de EE UU. Las acciones de empresas españolas que cotizan en Buenos Aires mostraron un buen rendimiento. Repsol YPF cayó el lunes el 0,34%, pero acabó la semana con un crecimiento del 23,7%. BBVA Banco Francés, en cambio, subió el primer día el 5,1%, para terminar con un aumento del 15,6%. Por último, Telefónica de Argentina reaccionó el lunes con un alza del 4,55% y finalmente registró una variación positiva del 23,1%.

En el mercado español, las cosas también fueron bien. El índice Ibex 35 subió el 4,04% en esta semana, y fue en buena parte gracias a los grandes valores involucrados en Latinoamérica. Telefónica subió el 6,16%, Repsol YPF el 3,31%, BBVA el 5,97% y SCH un 5,36%.

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