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La ampliación del casco urbano de El Escorial obliga a tirar 40 viviendas

Esther Sánchez

Las familias de El Escorial que viven en la zona del Ensanche, donde el Ayuntamiento y el Gobierno regional quieren construir 1.600 viviendas (800 de protección oficial), no quieren perder sus casas. Pero el proyecto más importante del Ayuntamiento de El Escorial (12.000 habitantes) en esta legislatura, que significa duplicar el casco urbano del municipio, exige el sacrificio de alrededor de 40 viviendas y el traslado de cuatro industrias. Los vecinos se quejan de que, además, el Consorcio (que engloba a representantes del Ayuntamiento de El Escorial y de Gobierno regional) les ofrece por sus viviendas la mitad de lo que cuestan en el mercado.

El Gobierno regional y el Ayuntamiento de El Escorial suscribieron en octubre de 2000 un convenio para levantar en las 55 hectáreas del Ensanche viviendas, centros de ocio, hoteles, zonas industriales, jardines y dotaciones universitarias. La inversión prevista para expropiaciones y urbanización es de 7.000 millones de pesetas. El 60% del coste lo asumirá la Comunidad de Madrid y el 40% el Ayuntamiento.

Unas casas sí y otras no

Los residentes acusan al Ayuntamiento, del PP, de 'arbitrariedad' a la hora de elegir qué casas se tiran y cuáles se mantienen. 'En algunos casos se ha trazado una línea que ha excluido de la expropiación a viviendas que lindan con otras que desaparecerán', argumentan los afectados.

El concejal de Urbanismo, Alfonso Bosch, asegura que las expropiaciones son necesarias, ya que el Ensanche 'es incompatible con viviendas aisladas, que se han ido construyendo en esta zona arbitrariamente'. El edil mantiene que los vecinos que viven allí ya conocían que la zona estaba destinada al crecimiento futuro de El Escorial. 'En 1997, cuando se aprobaron las normas subsidiarias, se fijaron las delimitaciones del ámbito, y hubo casas que se quedaron fuera'. 'En ese momento no se quejó nadie', recalca. No comparte la misma opinión Elisa, que pidió una licencia de obra para arreglar su casa hace un año. 'Me la concedieron sin advertirme de que en poco tiempo me iba a tener que ir', subraya.

En cuanto a las industrias ubicadas dentro del Ensanche, Bosch explica que el vivero, el comercio de distribución de bombonas de gas y el picadero no tienen ningún problema para trasladarse a otro lugar del municipio. La marmolería, con 17 empleados, se podría ubicar en el futuro polígono industrial de la zona, 'siempre que sus responsables apliquen las medidas correctoras de control de ruido', explica el concejal.

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Los vecinos también denuncian que existen otras empresas que han conseguido librarse de la expropiación. Una gasolinera, una fábrica de queso y un concesionario de coches se mantendrán en los mismos lugares que ocupan ahora. Según el concejal de Urbanismo, estos negocios están en los límites del Ensanche. 'Además, el Ayuntamiento intenta mantener las empresas que no causen perjuicio a la zona', concluye.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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